Film Review: Blonde y el cinismo de Andrew Dominik

Por: Adriana Kong | @adrianakong

Marilyn Monroe firmó un contrato con 20th Century Fox a sus 20 años, en sus 15 años de carrera hizo 29 películas y ganó un Globo de Oro a la Mejor Actriz por Some Like it Hot en 1959. La actriz, cantante y modelo, en vida y muerte, ha sido admirada y reconocida en todo el mundo. La obsesión por Marilyn es tan vigente que en 2022 Kim Kardashian causó un escándalo por haber hecho una dieta extrema con tal de presentarse al Met Gala en el vestido que la actriz [Monroe] utilizó para cantarle a John F. Kennedy en su cumpleaños. Hacer una película sobre ella, sea cual sea el género, es relevante para la industria del cine estadounidense y sus espectadores. 

Netflix, 2022

Una niña de 5 años llora en un automóvil minutos antes de ser abandonada en un orfanato bajo el engaño de que visitará a su madre en el hospital. Al darse cuenta de la mentira llora más, patalea y se niega a quedarse en ese lugar: “No soy huérfana, mi padre pronto volverá. Lo prometió”. Norma Jeane Baker grita y camina hacia el orfanato acompañada de la esperanza de que algún día se encontrará con su padre. La esperanza se convierte en sufrimiento, la  niña se convierte en Marilyn Monroe (Ana de Armas) y ese sufrimiento es el que sostiene Blonde (2022) de Andrew Dominik. 

En la película del director australiano vemos a la estrella de Hollywood en extrema tristeza y trauma. La vida de Marilyn Monroe o Norma Jeane está llena de engaños, decepciones y tristezas desde su infancia hasta su muerte. El abandono de su madre, la violación sexual del primer productor que le dio un papel, la humillación constante por parte de los hombres qla rodean le recuerdan el valor que tiene para ellos: “Yo te inventé” “Estabas hambrienta de nosotros”. Cuando el ex-atleta (Bobby Cannavale) le pregunta: ¿Cómo empezaste? Los recuerdos de una violación llegan a la mente de Norma Jeane. La vemos innecesariamente desnuda múltiples veces reforzando la premisa que culturalmente la ha hecho ser un símbolo sexual e incluso vemos a un feto que dice: “madre asesina”.

La actuación y transformación de Ana de Armas, junto con la fotografía, es sorprendente por la perfección con la que se recrean fotografías populares de Marilyn Monroe en la vida real. La fotografía es una propuesta de Chayse Irvin (director de Hannah (2009)) y el álbum visual Lemonade de Beyoncé. Se logran imágenes excesivamente cuidadas que envuelven a la narrativa misógina de Dominik. Resulta peligroso pues nos hacen sentir que la película es un retrato de su vida y podemos creer que a través de la película podemos conocer a la actriz y lo que sentía. 

Netflix, 2022

Blonde (2022) estrenó el pasado 28 de septiembre en Netflix, la plataforma de streaming con más suscriptores (al menos 222 millones) en el mundo y causó opiniones encontradas entre los espectadores, la discusión principal era sobre si Marilyn Monroe debió ser representada con apego a la realidad o no, sobre si era una biopic o una ficción. En 2002 el director australiano Andrew Dominik leyó la novela de Joyce Carol Oates (que en su publicación fue criticada por la explotación de la muerte de la actriz) y no se interesó en ella hasta que se le presentó la oportunidad de hacer un proyecto basado en el libro, el cual utiliza de pretexto para hablar sobre el trauma y los recuerdos que llevaron a Marilyn Monroe a cometer suicidio. 

Así, ante las críticas que rechazan la película el director se esconde detrás de la novela para afirmar su intención fue serle fiel. No deja espacio para dudar que la película no sea una ficción. En su mayoría las críticas la rechazaron. Algunos comentarios de Letterbox dicen: “Este es el infierno personal de Marilyn, “Tortura pornográfica”, ”Catastrófica”, “ Esta película no debió existir”. Uno de los que más llama mi atención es: “Esta mujer ha estado en el infierno absoluto y merece descansar en paz”

Conversaciones entre amigas: “Yo la pausé” “No pude acabarla” “Me da miedo verla” “Está horrible” “La quiero ver pero no voy a darle mis hatewatches a Netflix” “¡Ni dormí del coraje!” “Me da tristeza que la retraten así”. 

Hace unas noches después de decirme: “Me da miedo verla” una amiga me contó que vió un TikTok sobre las cantidades exorbitantes que los hombres han pagado por estar cerca de la tumba de Marilyn Monroe. El empresario Richard Poncher compró la tumba que está encima de la de Monroe y pidió que su ataúd fuera colocado boca abajo para pasar el resto de sus días encima de la actriz. 

Netflix, 2022

En Octubre de 2017 más de una docena de mujeres denunciaron al productor  de cine y delincuente sexual Harvey Weinstein de acosarlas, agredirlas o violarlas sexualmente. Los ecos de esa denuncia en la industria de cine estadounidense originaron movimiento #MeToo y abrieron una discusión pública a nivel internacional sobre el acoso sexual hacia las mujeres. Dos años y 4 meses después Weinstein fue condenado a 23 años de prisión. Las denuncias dejaron un precedente en Hollywood para reflexionar sobre prácticas misóginas y el papel que la industria cinematográfica le ha dado a la mujer durante décadas. 

Netflix, 2022

Andrew Dominik en una entrevista con Cristina Newland habla sobre la discusión pública: “¿A alguien le importa, de verdad? Las personas que hacen películas tienden a pensar que son increíblemente importantes. Pero es solo una película sobre Marilyn Monroe”. A mi y a muchas nos importa. La representación de la actriz nos importa, la conversación sobre acoso sexual sigue vigente y es delicado representarlo en pantalla. Nos importa como espectadoras. 

En esa misma entrevista habla sobre su dirección: “Estoy tratando de crear su experiencia. Estoy tratando de hacer que la audiencia pase por lo mismo. No me preocupa ser de buen gusto”. Y precisamente ese es el problema de la película, que Dominik pretende hacer suya la experiencia de una mujer y hace una ficción de el deseo de ser madre, del aborto o de ser tratada como un objeto. La falta de sensibilidad del director crea una ruptura con el público.

El cuerpo es reducido a un objeto. Los sentimientos de la actriz son reducidos a dolor, trauma y tristeza. Las interacciones de Monroe con otros hombres son reducidas a un deseo sexual. Su vida se reduce a decepciones, frustraciones y fallos. Y a una no le queda más que alejarse de la película, poner una barrera y sentir lástima por esa representación. Lástima porque 50 años después de la muerte de Marylin, 5 años después del movimiento #MeToo seguimos viendo esa idea de la mujer en las pantallas.  

1- Newland, C. (2022). “I’m not interested in reality, I’m interested in the images”: Andrew Dominik on Blonde. BFI.

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