Por: Fernanda Rio | @aboutmonsters
Hay una presencia extraña que hace gruñir y quejarse a un departamento vacío en Nueva York. Las paredes tumefactas de humedad revelan el gran deterioro de una estructura que se marchita aprisionando a sus arrendatarios. En este espacio, que es apenas un proyecto de hogar, donde Richard (Steven Yeun) y su novia, Bridgid Blake (Beanie Feldstein) vivirán juntos, se reúne la familia de esta última para celebrar el Día de Gracias. Mientras su padre, Erik (Richard Jenkins), su madre Deirdre (Jayne Houdyshell), su hermana Aimee (Amy Schumer) y su abuela, Momo (June Squibb) conocen los cuartos, la cocina y el baño, también deshilvanan reclamos, memorias y confesiones que hacen que el silencio del edificio hable de manera elocuente.

Erik nos guía con su mirada a través de las grietas, las manchas, lo malogrado y lo gastado en el edificio, como si a la vez fuera el único que pudiera ver con claridad el derrumbe de su familia. Nos enteramos de que ha tenido sueños extraños que no puede recordar ni explicar, mientras Aimee escapa al baño a revisar mensajes en su celular que la cámara no nos permite ver y en la mesa improvisada al centro del departamento se produce una pelea entre Deirdre y sus hijas. El espacio se hace cada vez más angosto, a la vez que cae la noche y las luces del viejo departamento de Manhattan comienzan a fallar una por una.

The Humans está basada en la obra de teatro del mismo Stephen Karam, dramaturgo, guionista y ahora director, dos veces finalista al premio Pulitzer. La mirada y atmósfera de Karam, junto con la fotografía de Lol Crawley confeccionan una película de terror sin monstruos, una casa embrujada sin fantasmas. Poseída únicamente por humanos en toda su aterradora humanidad.

El ser humano es responsable de sí mismo y, al elegirse, elige a todos los hombres, decía Sartre en 1945 para defender al existencialismo como un humanismo. Enfrentados por las condiciones de sus cuerpos, sus pasiones y sus fracasos, los integrantes de la familia Blake atraviesan una turbulenta noche festiva donde tratan de entender qué han hecho de sí mismos y de los demás, llegando a una impenetrable oscuridad que parece venir de dentro. Pero es en esta oscuridad donde se encuentran y se eligen.
