Por: Lily Droeven | @lilydroeven
Cuando la realizadora sueca Ninja Thyberg presentó su cortometraje Pleasure que resultó ganador del Festival de Cannes en 2013, no se imaginó que al extenderlo como largometraje sería internacionalmente aclamado. Tras la cancelación del Festival de Cannes 2020 por la pandemia, logró ser estrenado en formato digital durante el Festival de Sundance el año pasado obteniendo criticas positivas, múltiples nominaciones y premios en otros festivales. Esta atrevida cinta explora el mundo del porno de una manera honesta, pero sin glorificarlo, a través de los ojos de una joven dispuesta a todo por formar parte de esa industria.
Pleasure cuenta con un doble debut, además de ser ópera prima de la directora, presenta por primera vez a Sofia Kappel, actriz no profesional, quien fue elegida por la directora tras un año y medio en la búsqueda de una joven adecuada para el papel y cuya interpretación resulta tan brillante como estremecedora.
El film abre con Linnéa, una joven de 19 años que ha llegado a la cosmopolita ciudad de Los Ángeles, desde un pequeño pueblo sueco y con un ambicioso sueño: convertirse en la estrella porno del momento. Ha elegido el seudónimo de «Bella Cherry» para presentarse y comienza a asistir a castings y realiza sus primeras grabaciones. Es ahí cuando nos damos cuenta que la industria está mayormente dominada por los hombres: agentes, fotógrafos productores y directores. En un principio Bella se muestra tímida ante la cámara, pero le dicen que debe “relajarse” y logra continuar. En otro momento sigue mostrándose con un poco de timidez, pero es ayudada por una de sus roomies a desinhibirse más y una vez acostumbrada el trabajo se vuelve más fácil.
Es en una fiesta donde se entera que asiste un prominente agente que puede llevarla al estrellato a un nivel mucho mayor. Al contactarlo y contarle un poco acerca de su trabajo, el hombre le dice que lo que ha hecho no es suficiente para su agencia debido a que prefieren actrices dispuestas a realizar todo tipo de escenas extremas o “hardcore” además de que ella no tiene el estatus de popularidad en las redes sociales. Esto lleva a Bella al inicio de un tumultuoso camino, y aunque ella acepta realizar las escenas de manera consensuada, los hombres comienzan a sobrepasar los límites, demostrando que todo les es permitido a ellos mientras es humillada. A partir de ahí, la historia empieza a dar un giro por completo, centrándose en las repercusiones de todo lo que le ocurre a Bella mientras sigue delante en un intento de mostrar su empoderamiento.
A través de su protagonista, Pleasure cuestiona de manera directa el lado turbio de la industria pornográfica. La directora apuesta por ahondar en el comportamiento masculino que consume, pero desde la female gaze. En varias escenas la cámara se convierte en los ojos de Bella, para así permitirnos ver todo desde su perspectiva. Cuando ella se quiebra de tanta humillación, el lente hace un enfoque hacia ella revelándonos su sentir, lo mismo cuando ella está dispuesta a cumplir sus objetivos haciendo lo que tenga que hacer.
Como simbolismo, Thyberg opta por manejar colores vibrantes en neón y tonos suaves, tanto en la ropa de la protagonista como en su maquillaje, en objetos y luces, algo que hace contraste con el lado turbio de la pornografía y con la personalidad de Bella que va cambiando a lo largo de la historia. Las mansiones lujosas decoradas en impecables tonos neutrales, con enormes escaleras e impresionantes detalles minimalistas y clásicos, así como las fiestas y eventos desinhibidos hacen guiño a las conexiones entre los juegos poder y riqueza, del consumismo patriarcal que ve como objetos sexuales a las mujeres y las cosifica, ese mismo mundo que les dice que tienen que seguir ciertos estereotipos de belleza y que tomen decisiones riesgosas que les permitirá alcanzar la fama.
Lo que más me resultó incómodo de ver son las consecuencias que sufren las mujeres al trabajar en esa industria, que van desde las constantes humillaciones por parte de todos los hombres y que a pesar de que Thyberg ha dicho en múltiples ocasiones que su intención no es mostrar a Bella como una víctima, es imposible no verlo así al menos durante el primer acto de la narrativa ya que conforme avanza y Bella se adentra más profundamente a su trabajo empieza a replicar hacia otras mujeres las estrategias de poder y dominación que los hombres habían aplicado en ella, las redes de apoyo entre mujeres no existen y en su lugar está la traición y la hipocresía. Es ahí cuando falta de sororidad y empatía de Bella hacia sus compañeras resulta ser incómodo porque se adapta a la industria convirtiéndose en una figura de poder.
Al final Pleasure se vuelve una película importante, porque al concluirla deja una sensación de lo que es en realidad el cine porno y del camino que se trazan las actrices en su búsqueda a la máxima ambición, que inicia como un sueño.
Puedes ver Pleasure a través de Mubi.
