*Esta pieza forma parte de la Segunda Edición de Postales GaF, el intercambio de textos entre colaboradoras de Girls at Films, un espacio para celebrar el cine y la amistad. Esperamos que estas postales sean un abrazo caluroso para las participantes y lectoras.
De: Oralia Torres | @oraleia
Para: Brenda Marquezhoyos
Querida Brenda,
Llevo rato sin escribir, así que perdona la torpeza de mi prosa. Llevaba buen ritmo hasta que, pues, pasó Esto, y siento que, en parte, todo lo que ha ocurrido desde marzo del 2020 ha sido una gran secuencia caótica y borrosa.
Lo que he notado, a dos años de esta nueva realidad, es que anhelo historias más centradas en la cotidianidad. Más historias sobre personas averiguando sus presentes, menos historias sobre seres extraordinarios salvando la tierra de amenazas terroristas internacionales o extraterrestres. Hay cierta calma en ver a personas ordinarias, sin algo realmente excepcional, lidiando con cuestiones también cotidianas, pero más impresionantes de otra forma. Hay algo en eso que me hace sentir acompañada: que, de una u otra forma, todas mis crisis y ansiedades no son extraordinarias y es algo que, de una u otra forma, ha estado presente en la mente de otras mujeres por décadas.
En ese sentido, últimamente me estoy refugiando en las películas de Márta Mészáros, directora húngara que trabaja desde finales de la década de los 60. Sus protagonistas son mujeres que cuestionan su lugar (y el de las demás), mientras conocen la perspectiva de otras, ya sean más jóvenes o viejas. Defienden firmemente sus posturas, y solo las cuestionan cuando dialogan con otras mujeres.

En The Two of Them (1977), por ejemplo, Mari (Marina Vlady) y Juli (Lili Monori) encuentran consuelo (y valor) para enfrentar sus respectivos matrimonios en crisis al volverse amigas y tener con quién platicar sobre sus inseguridades y perspectivas. En cambio, en Binding Sentiments (1969), Edit (Mari Töröcsik) encuentra la forma de estar en paz con su pasado y sobreponerse a la muerte de su marido al verse forzada a convivir con Kati (Kati Kovácz), la prometida de su hijo. Kati, en cambio, aprende lo mucho que han cambiado la vida de las mujeres y las expectativas de lo que podrían desear, mientras se da cuenta de las mismas limitaciones de su época.

La que quiero ver de nuevo, ya con más edad y con la experiencia de vivir una mortal crisis de salud global, es Adoption (1975). En ella, Kata (Katalin Berek), una mujer que quiere ser mamá, descubre una alternativa al convivir con Anna (Gyöngyvér Vigh), una adolescente metida en problemas. La sensibilidad y precisión de Mészáros al tratar temas cotidianos-que-también-cambian-vidas, mientras se enfoca por completo en las perspectivas femeninas de mujeres en crisis, las vuelve únicas.
Cuéntame, ¿cómo va todo por allá? ¿En cuáles películas encuentras consuelo? ¿Qué preguntas rondan por tu mente? Espero estés bien, segura y que tengas siempre alguien con quién intercambiar ideas y perspectivas. Y, claro, que descubras a más cineastas que te fascinen.
Te mando un fuerte abrazo, Oralia.

Deja una respuesta