Por: Paola Vargas @ciborgiana
El mundo es un lugar tan vasto donde existen innumerables realidades sucediendo al mismo tiempo, que resulta paradójica la facilidad con la que decidimos ignorar ciertas historias, las que incomodan y duelen, las que nos confrontan con nuestros privilegios y nos recuerdan que ante la vulnerabilidad ocasionada por ciertos peligros, hay personas resistiendo todos los días desde sus trincheras.
Una de estas historias es la presentada en la película documental Cruz (2021), que cuenta los hechos que viven Cruz y su familia, pertenecientes a la comunidad rarámuri de la Sierra Tarahumara, quienes son expulsados de su hogar a causa del narcotráfico. La directora, Teresa Camou Guerrero, retrata esta experiencia valiéndose de la cercanía proporcionada por su relación estrecha con el protagonista, lo cual le da un impulso creativo desde la ternura y la empatía que se ve reflejado en la pantalla.
Cruz se estrenó en México este año en el festival Ambulante y gracias a esto pudimos platicar con la directora para ahondar en sus motivaciones, sus procesos y sus intereses como narradora.

GaF: Tu ópera prima fue Sunú, ¿qué aprendizajes de la realización de esa primera película dirías que fueron fundamentales para Cruz?
TCG: Principalmente el entender qué es hacer un largometraje documental en sus varias etapas. Como no vengo del cine, sino del teatro de títeres, hay procesos que son fundamentales que aprendí a la hora de hacer Sunú y en Cruz pude implementarlos; desde el desarrollo, el armar una carpeta, saber de producción, preproducción, postproducción y también lo que me espera para su exhibición. Fue un aprendizaje fundamental muy bonito el haber tenido la primera película, pero no significa que lo disfrute tanto como Sunú. Yo creo que en tu segunda película ya sabes de qué va, sabes todo lo que tienes que lograr y cómo puedes mejorar; en ese sentido fue más complicado, estuve más aprehensiva. Con Sunú todo era un viaje primerizo, como no sabía qué seguía, fui aprendiendo y sorprendiéndome durante la marcha. Sin Sunú yo creo que esta película no existiría.
GaF: Tu formación es en Artes Visuales, ¿por qué decides dar el salto al cine documental?
TCG: Mi interés en hacer cine documental nace por la necesidad de buscar un arte que lleve la historia que quiero contar más allá del teatro, que es efímero. Cambio del teatro de títeres al cine porque la historia del maíz de Sunú la contamos por años del pueblo para el pueblo y ahí se quedaba, yo quería que la gente de afuera la conociera también y con la historia de Cruz fue similar, yo buscaba cómo lograr hacer un cambio social al contarla, visibilizarla, pero también hacer una incidencia pública sobre este tema tan importante a favor de estas familias. Yo trabajo pensando desde el teatro, desde el trabajo comunitario que siempre he hecho y aunque me ha costado aprender el oficio del cine, para mí lo importante es cómo narrar la historia y cómo acercarte a una persona para que pueda contar sus vivencias. Entonces quizá mañana decido hacer circo callejero comunitario o voy a pintar un mural, busco la herramienta dependiendo de la historia que quiero contar. Me parece que en este momento, el cine documental en México es fundamental para dar a conocer estas historias tan complejas.
GaF: Además de ser el protagonista, Cruz es amigo tuyo desde hace muchos años, ¿cómo influyó este vínculo de amistad? ¿Te facilitó el abordaje a un tema tan doloroso?
TCG: Si no tuviera esa relación íntima, ese lazo tan profundo, no hubiera hecho la película. La amistad y el desarrollo que se vio fue a partir de que Cruz acepta hacer la película hace cinco años, en ese tiempo la relación cambió y nutrir ese vínculo fue exhaustivo y complejo, porque estamos hablando de un horror que existe en este país. Ha sido un proceso muy difícil y cansado y sin la amistad ninguna de las partes hubiéramos aceptado hacer esta película. Mi perfil no es contar historias duras de horror, sino visibilizar aquellas que de otra forma no se conocerían, en este caso, sobre el desplazamiento interno forzado porque le pasó a mis amigos que conozco desde hace veinticinco años. Así fue el acercamiento con Cruz que conocía mi trabajo del teatro indígena, buscando que no fuera un número más archivado en una carpeta. Yo creo en el arte como una herramienta de cambio social, aunque de momento no se vea un beneficio directo, quizá en diez años ayude a otras familias.

GaF: En la película recurres a la animación para presentar escenas que en la vida son de una gran violencia, ¿de dónde vino esa decisión de estilo?
TCG: Yo llego en un momento en el que ya pasaron ciertos eventos y como no soy el tipo de cineasta que recrea, fijé un punto de inicio y final que fueron dieciocho meses.
Para las escenas donde individualmente cuentan el dolor más profundo, fue muy importante hacer las tomas en talking head como un recurso de seguridad y privacidad. No quise forzar escenas de cotidianidad porque para mí era más natural que vieran a la cámara, que en este caso me coloqué muy cerca del rostro para que pudieran mirarme a mí y no al lente. Ahí fue donde hubo una gran intimidad, porque fueron muchas entrevistas por muchas horas, así que tuvimos que acostumbrarnos a platicar. Con Lucrecia Gutiérrez Maupomé, la editora, discutimos mucho qué salía y qué no en talking head porque a veces las entrevistas eran muy largas, tuvimos que buscar soluciones y se me vino a la mente Arturo López Pío de CINEAMANO que es un gran titiritero e ilustrador, le presenté su trabajo a Lucrecia para las escenas más duras y entre los tres encontramos la manera de representar el dolor y al mismo tiempo mantener el sentido de su identidad tan ligada a la naturaleza. En la película el principal narrador es la voz, la imagen va sumando a lo que vas escuchando, así que la animación nos pareció una decisión acertada.
GaF: En algún momento se muestra una situación sensible con la hija mayor de Cruz respecto a su salud mental. ¿Crees que el desplazamiento forzado afecta de forma diferente a las mujeres?
TCG: Y a los niños y a los ancianos y a los hombres, cada quien lo vive muy distinto. Los especialistas en el tema se han dado cuenta de que por el desplazamiento forzado los que más sufren son los niños y los jóvenes. Cuando eres adulto y eres expulsado con violencia, huyes pero tienes un recuerdo desde tu niñez de un arraigo a tu cultura, a lo que perdiste, pero a un niño lo arrancas en el proceso de aprendizaje de su identidad y además tienen que aprender a adaptarse a un nuevo ambiente y vive la angustia de no saber qué va a pasar.
A la hija de Cruz le toca este proceso a una edad que es el paso a la adolescencia y en la película se anima a contar por primera vez lo que le sucedió, que era un secreto familiar, así que lo tratamos con mucho cuidado para demostrar la falta de apoyo psicosocial para estos niños y sus familias.

GaF: Sabemos que mostraste el documental a Cruz y su familia por separado, ¿cuál fue la impresión general que les dejó el verse en pantalla?
TCG: Cada uno fue distinto. Cruz se sintió devastado, me dijo que para él fue ver su dolor más profundo resumido en ochenta minutos, su mamá también se conmovió mucho al recordar su sufrimiento.
Después Cruz vino a presentar la película en el Senado de la República, porque estamos empujando para que se pase la ley a favor de los desplazados. Nos reunimos en privado y Cruz me dijo que sin la película no se entiende la realidad del desplazamiento. Ese es el logro.
GaF: ¿Te parece que películas como Cruz son un medio más eficiente para dar a conocer las historias sobre el desplazamiento forzado interno en comparación con su presentación en los noticieros?
TCG: Totalmente. Antes de que saliera a festivales, se la presenté a la fiscalía de Chihuahua y la encargada de las medidas cautelares muy conmovida decía que para ella era un nombre y apellido y que viendo la historia no podía creerlo, porque es distinto leerlo en un papel que verlo. Y justo este era el motivo para hacer esta película, humanizar, mostrar a la gente que vive y siente. Cuando piensas en migrantes o en exiliados, no son cifras, son historias.
GaF: ¿En tus siguientes películas quieres seguir trabajando con documental o te adentrarías en la ficción?
TCG: Por el momento no tengo otra película bajo el brazo, primero quiero hacer el cambio social con Cruz, ahí es donde me nace mi parte activista. Tengo ideas de temas que me interesaría mucho tratar, pero no tengo personajes, y sin personajes no puedo hacer un casting; pero antes de aventurarme a la ficción haría otro documental, pero tiene que ser igualmente con profundidad, con cariño, con justificación. Espero poder seguir acercando historias mediante el cine documental.
