Por: Sofía Ponce | @sofindiee
Desde la vuelta a las salas de cine, me he encontrado -inconscientemente- viendo películas alejadas de los grandes carteles; que más bien rascaron mi curiosidad por la amiga de una amiga que escribió un tuit sobre tal producción que por fin se está exhibiendo dios sabe hasta cuándo y qué mejor que comprarse una entrada y apoyar, aunque sea poquito, el lado más independiente de la industria cinematográfica. Así que me lancé al Renoir Floridablanca (donde también vi Ama de Júlia de Paz Solvas) con una amiga para la proyección de Libertad en lo que fue su segunda semana de estreno nacional en España.
Libertad es la ópera prima de Clara Roquet, después de haber trabajado los últimos años como guionista en largometrajes como Los días que vendrán y 10.000 kms. Fue en 2016 cuando se abrió pasó en la dirección con el cortometraje El Adiós, que trata sobre la criada boliviana de una familia burguesa que, el día del funeral de la anciana que lleva cuidando 5 años, no puede asistir porque debe trabajar para ellos. Con este primer debut, Clara fue trazando las líneas que la conducirían a la película de Libertad, que a su vez aborda temas de clase social, relaciones familiares y la pérdida de la inocencia.
![Libertad - Tráiler [es st en] - Cineuropa](https://cineuropa.org/Files/2021/06/24/1624544243733.jpg?1624544346317)
Nos situamos en la casa de verano de la familia Vidal con vistas a la Costa Brava en la que Nora, de 14 años, atraviesa la separación de sus padres sin saber muy bien a dónde pertenece: si en la mesa de los adultos y sus vermuts, o la de los niños comiendo helados. Sus vacaciones dan un giro cuando llega Libertad (de 15), la hija de la criada de la abuela de Nora, que viene a reencontrarse con su madre después de 10 años separadas.
Esta amistad crece desde -y no gracias a- las diferencias sociales que puedan separarlas. Libertad tiene carisma, es atrevida y aunque Nora se conoce el pueblo de toda la vida, es como si tomara otros colores cuando lo recorren juntas. Pero Libertad le deja en claro, más de una vez, que no son iguales y no lo serán nunca.
El título nos podría sugerir cuál de las dos chicas tiene la trama más importante, pero en realidad la mirada está puesta en las desigualdades y condiciones que atan la libertad de cada personaje. Desde las adolescentes hasta la abuela enferma de Alzheimer, la cuidadora Rosana que renunció a su hija en Colombia y la madre de Nora, intentando reconstruir su vida sentimental.

Si bien es cierto que Libertad ha obtenido un reconocimiento internacional (desde Cannes y la SEMINCI hasta los Premios Goya) que despegará la carrera de Clara Roquet, se experimenta una colectividad muy íntima entre esta y las películas de las cineastas con las que se relaciona Clara; películas que me parece que se hablan entre sí (Júlia ist, Ama, Las Niñas, Tres días con la familia) construyendo un universo de mujeres imperfectas que se buscan a sí mismas entre risas y tropiezos. Y qué ganas de seguirles acompañando en el camino.
