Por: Shaula Luminof | @RequiemLuminof
Hay ingenio en una historia que parece nos llevará por el camino de un romance no correspondido a lo que realmente será una sutil crítica social.
Los Fundadores, ópera prima de Diego Hernández, es la historia de Diego, Renee y Andrés, jóvenes de la Universidad Autónoma de Baja California que ven amenazado su desarrollo y futuro, por los severos problemas financieros en los que se encuentra su escuela.
En la cotidianidad de conversaciones laborales, ensayos teatrales y sueños personales, la película encuentra la forma de hacer las preguntas correctas en los momentos precisos, para denunciar un contexto de corrupción.
Resulta interesante, incluso curioso, cómo el director apunta un énfasis en las protestas organizadas por los estudiantes y la tenue ridiculización de su lucha en la secuencia clímax confirma que, Los Fundadores, cuestiona y se cuestiona al mismo tiempo. Hay algo que en el norte del país ignoran, ¿la protesta como acción que busca un cambio?
Esta es una película de planos sencillos, con una producción (Melissa Castañeda y Diego Hernández) modesta pero eficaz, filmada con lo que estaba a la mano y donde lo más importante es el entusiasmo por hacer cine a toda costa, sin darle tanto peso a la belleza artificiosa o a los movimientos, pero sí al ingenio en las formas de hacer y de llevar a cabo.
Claro que hay pretensiones, pero son honestas, incluso con sus “costuras a la vista”, como las define el director, Los Fundadores es una propuesta, mejor dicho, una invitación a hacer y resistir bajo cualquier circunstancia. Es una mirada con perspectiva de clase, esa que tanta falta hace al cine mexicano.
Los fundadores forma parte de la programación del Black Canvas Festival de Cine Contemporáneo, consulta los títulos y horarios en su sitio oficial.
Shaula Luminof
