Por: Rocío Castillo Rueda | @rawfeelings_
Asia es un íntimo drama que examina casi microscópicamente una relación de madre e hija. La ópera prima de la escritora y directora israelí Ruthy Priba, ex-alumna de la Cinéfondation Residence de Cannes, cuenta la historia de Asia, una madre soltera, y su hija adolescente Vika.
Las vidas de Asia y Vika transcurren paralelamente, sus conversaciones se limitan a darse los buenos días en la cocina de su pequeño departamento en Jerusalén. Es casi difícil creer que son madre e hija, no solo por la lejanía de su relación, sino por la corta diferencia de edad. Asia, quien trabaja como enfermera, pasa la mayor parte de su tiempo en el hospital, en bares para solteros o haciendo el amor dentro de un coche con uno de los médicos de forma casi adolescente. Vika, por su lado, pasa las tardes en el parque de patinaje con su amiga Natali, fumando marihuana, bebiendo y coqueteando. Después de que el alcohol causa una mala reacción con sus medicamentos, la joven termina en el hospital, en donde su madre le advierte que podría ser mucho peor. Este es el punto clave para el espectador: Vika sufre de un trastorno degenerativo que parece estar avanzando rápidamente, afectando sus habilidades motoras y eventualmente su respiración.

Sin caer en el cliché hollywoodense de «adolescentes enfermos”, Ruthy Priba se evita las escenas llorosas de diagnósticos médicos, sumergiéndose de forma rápida y profunda en el núcleo de la relación de Asia y Vika. No hay transformaciones mágicas, ambas conservan sus fuertes personalidades, pero cuando queda claro que su tiempo juntas puede ser mucho más corto de lo esperado, madre e hija poco a poco bajan sus defensas.

Con una gentileza lejana a lo melodramático, Asia explora la complejidad de la relación de madre e hija de manera admirable. Sin momentos melosos ni exagerados, el amor entre Vika y Asia florece de nuevo de una forma madura: Asia confronta la mortalidad y madurez de su hija, mientras que Vika comprende la complejidad de su experiencia como madre adolescente, ambas encontrándose con honestidad, consuelo y empatía mientras viven la sombría y silenciosa crisis.
El dolor de ambas mujeres se presenta de una forma íntima y delicada, llevado a la pantalla de forma impecable por Alena Yiv y Shira Haas –protagonista de la mini serie “Poco Ortodoxa”–, y la cinefotógrafa Daniella Nowitz, quien contribuye a la emotividad de la historia con imágenes bellísimas, íntimas y conmovedoras.
Con “Asia”, Ruthy Priba lleva a la pantalla una historia simple, pero espectacular: lo compleja, profunda e inquebrantable que puede ser la relación entre una madre y una hija.
Rocío Castillo Rueda
Es egresada de la licenciatura en Cine y Televisión por parte de CENTRO. Ha colaborado con Elle Magazine México y el Festival Internacional de Cine de Morelia, además de haber participado en el desarrollo y distribución de distintos largometrajes. Dado su interés en la literatura, Rocío ha cursado diplomados en Casa Lamm, el más reciente sobre Literatura Femenina del Siglo XX.
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