Especial #Oscars: De la sutileza y otros recursos en Amor y anarquía

Por: Shaula Luminof | @RequiemLuminof 

Un perro se cansa de ser golpeado hasta que un día se revela y no suelta, hasta acabar, con su abusivo dueño. Esta frase define las motivaciones de Antonio (Giancarlo Giannini) en la cinta Amor y anarquía (1973). El oprimido un día se harta de serlo y toma las riendas de su propio destino, o al menos eso cree hasta que su enamorada le ofrece otro rumbo.

La película de la italiana Lina Wertmüller es un río suave que navega hasta que de pronto, y sin darnos cuenta, se nos desborda en ideas sobre la vida y plantea su propia postura política.

Giancarlo Giannini en Amor y anarquía (1973).

Hay una suerte de sutileza en este filme. Transcurre como un melodrama que poco a poco, y que da paso a una explosión de reflexiones, define el pensamiento de la directora.

Durante la Italia fascista, un campesino y una prostituta, planean el asesinato de Benito Mussolini, sin embargo, todo cambia cuando el amor se cruza en la vida de Antonio, que de un momento a otro se ve inmiscuido en asuntos políticos.

Mariangela Melato en Amor y anarquía (1973).

Salomé (Mariangela Melato) lo tiene muy claro, los ideales van antes que la posibilidad de una vida. El bien común por encima de los sueños individuales; pero, ¿si los más vulnerables se han sacrificado desde que nacieron por qué seguir haciéndolo?

Esta es la premisa de Tripolina (Lina Polito) para salvar a su amado. Ella está convencida que, aunque no puedan estar juntos, alguien como él tiene derecho a vivir.

Lina Polito y Giancarlo Giannini en Amor y anarquía (1973).

Amor y anarquía es un pequeño viaje entre la reflexión de si el bien común supera al individual, cuando se ha padecido desde el nacimiento, y el hartazgo de ser el oprimido.

Wertmüller, en primera instancia, entrega lo que promete, un film de amor y anarquía siempre preocupado por los juegos de perspectiva, las paletas de colores deslavados y la música como recurso anticlimático que encauza a la película por el camino de la comedia absurda. 

Aquí, sin embargo, lo importante es la revisión histórica ya alejada del ensalzamiento bélico y centrada en el punto de vista de los eternos perdedores.

Esta pieza forma parte del #EspecialOscares2021 de Girls at Films.

Foto Shaula L.
Shaula Luminof
Periodista. Contadora de historias. Dejé la música formal porque mientras pasaba las horas encerrada en una habitación estudiando me preguntaba qué sucedía en el exterior. Escribo sobre arte y cultura.

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