Por: Oralia Torres |@oraleia
Frente a mi departamento están construyendo un complejo vertical. No sé de dónde me lean, pero seguro saben cuáles son: una torre alta con plaza comercial en sus primeros dos pisos, y el resto dedicado para ser oficinas y/o departamentos. No es el único en la ciudad: en los últimos 5 años, la cantidad de edificios que pretenden ser una solución de vivienda y esparcimiento se multiplican en Monterrey y toda su zona metropolitana. Además de la obvia ventaja económica, buscan renovar la imagen de la ciudad para que sea más cosmopolita, para que ciertas áreas sean renovadas por y para quienes puedan pagar la compra o renta de esos espacios – y de todos los espacios que lo rodeen. Los complejos verticales, con su sinfín de amenidades y ventajas, son la forma más rápida de gentrificar las zonas “desaprovechadas” de la ciudad.

No dejaba de pensar en eso mientras veía Dead Pigs, ópera prima de la realizadora chino-americana Cathy Yan. En ella, un grupo de personas se conectan, directa o indirectamente, gracias a la presencia de miles de cadáveres porcinos que flotan en un río cercano a Shanghái, situación que impacta tanto en los granjeros que perdieron su fuente de ingreso como en una inmobiliaria trasnacional.
Yan, egresada de ciencias políticas y relaciones internacionales y que fue periodista para Los Angeles Times y The Wall Street Journal antes de entrar al cine, se basó en el incidente de cerdos muertos en el río Huangpu del 2013 para escribir esta brillante sátira sobre las relaciones intergeneracionales, la defensa de la propiedad privada ante el acoso y presión de las inmobiliarias (y la eventual gentrificación de la zona), así como las crisis personales provocadas por el capitalismo tardío y el impacto de los medios de comunicación.

El ritmo y su ágil edición, así como la detallada construcción de personajes, mantienen una deliciosa tensión que encuentra un maravilloso y sorpresivo escape. Con una visión dinámica y humanitaria, Yan retrata a una Shanghái llena de contrastes y en constante cambio, cada vez más adaptada a los vicios de Occidente. El éxito de su película recae en poder contar estas historias con humor mientras se niega a embellecer las horribles realidades a las que enfrentan, con secuencias que son por igual hermosas como escalofriantes.
Con un debut tan impactante, resulta comprensible que de inmediato la hayan buscado para dirigir Birds of Prey, y espero con emoción su siguiente proyecto, Sour Hearts, adaptación de la colección de cuentos de Jenny Zhang.
Dead Pigs tendrá su estreno exclusivo en MUBI el próximo 12 de febrero como parte de su ciclo Debuts.

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