Por: Kathia Villagrán | @KathiaVC
Giovana (Renata de Lélis) conoce a Yago (Eduardo Mendoça) y pasan una noche juntos de diversión y pasión. Lo que ambos creen que será asunto de one night stand cambia abruptamente cuando despiertan con la noticia de la aparición de una extraña y letal nube rosa por todo el mundo, la cual mata en cuestión de 10 segundos a todo aquel que entra en contacto con sus gases tóxicos.
Las indicaciones de las autoridades brasileñas es permanecer en espacios cerrados, sin contacto del aire exterior. El tiempo de permanencia es desconocido, así que a Giovana y a Yago no les queda otra opción más que vivir en la misma casa y empezar a aprender del otro, mientras el único contacto con el mundo exterior son el Internet y unos tubos por los cuales el gobierno les envía todo lo necesario para su supervivencia.

No es lo mismo pasársela bien una noche de fiesta con alguien, a que de pronto tengas que construir un hogar con esa misma persona. Las diferencias de gustos y de las maneras en que cada uno lleva el confinamiento no tardan en volverse evidentes, y eso pone a prueba su capacidad de convivir juntos por tiempo indefinido y con pocas esperanzas.
The Pink Cloud —o en su título original, A nuvem rosa— fue escrita y dirigida por la brasileña Iuli Gerbase, y es su debut directoral en largometrajes. Aunque puede parecerlo, esta película no fue inspirada en los sucesos de la pandemia de COVID-19. Fue escrita en 2017 y filmada durante 2019, pero los acontecimientos ficticios no pueden estar más cerca de la realidad y justo eso es su mayor encanto y a la vez maldición: lo predictiva que resulta.
La película explora los temas de salud mental, parejas disfuncionales y la necesidad de contacto social que tienen los seres humanos durante el confinamiento. Por lo tanto, puede resultar bastante detonante para quienes están experimentando todo aquello en pandemia.

La falta de química entre los actores es a propósito, no lo dudo; sin embargo, puede afectar cuando solo los tenemos a ellos dos durante el 99 % del tiempo. Su interacción se vuelve tediosa y repetitiva, tal vez habría funcionado si su duración fuera más corta.
El trabajo de fotografía, apoyado de un filtro de cámara e iluminación rosa, hace la película visualmente hermosa. También es emocionante ver a más y más mujeres directoras apoderarse del género de ciencia ficción cuando ha sido acaparado y explotado por los hombres, porque son ellas quienes han venido a darle un giro a las historias de siempre.
Eso sí, Iuli Gerbase es una directora promesa y no hay que perderle la pista. The Pink Cloud estrenó en el programa World Cinema Dramatic Competition y es una de las representaciones Latinoamericanas que participa en el Sundance Film Festival 2021.

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