Por: Esther Montes | @venuscirene
Si quien está leyendo esto, vive solo y en las noches escucha ruidos extraños, le creemos. Y es que la soledad y lo que llega a pasarnos puede jugarnos una mala jugada cuando en busca de silencio absoluto y la calma somos presa de una serie de acontecimientos, cuyo origen es incierto y a la vez aterrador.
Con Knocking, la directora sueca Frida Kempff busca ir más allá de una mera anécdota al estilo La ventana indiscreta o El inquilino, al contarnos las noches infernales de calor, recuerdos y extraños mensajes que Molly recibe en el departamento al que se muda luego de una estancia en un hospital psiquiátrico donde atendió (no queda claro qué) los estragos de la ausencia de su pareja.

El primer largometraje de Frida Kempff, quien en los últimos 15 años se había enfocado en la realización de documentales y cortometrajes, interesada en retratar las relaciones humanas; la forma como la mujer es vista y tratada por la sociedad, así como la manera como los seres humanos manejamos nuestros sueños, reunió todos los temas que le inquietan en esta cinta, que forma parte de la sección Midnight del Festival de Cine de Sundance 2021, y nos deja una lección sobre cómo percibimos a quienes nos topamos en los pasillos.
El infierno de Molly, interpretada con perfecta desesperación por Cecilia Milocco, comienza justamente con un sueño donde ella está en una playa, recostada, tomando el sol, siendo despertada por su novia, quien la abraza dulcemente y le dice que irá a nadar. Lo que sucede con su pareja es tan incierto como todo lo que vive al despertar. Su pasado la marca con los inquilinos de su edificio, quienes la miran con curiosidad y reserva. Tal parece que una mujer de poco más de 40 años, sola, recién salida de un hospital psiquiátrico; callada y cuidadosa con su privacidad es la imagen más terrorífica e incómoda del mundo.

La aparente amabilidad de los vecinos, en su mayoría hombres, se convertirá en desprecio total cuando Molly comienza a escuchar golpes en su techo, provenientes del piso de arriba y decide averiguar qué está pasando. Su misión no será sencilla. Pronto comenzará a sentir que sus vecinos están ocultando algo, esta hipótesis se incrementará cuando los ruidos se transforman en los gemidos de dolor de una mujer.
En su afán por dar con ella y salvarla, Molly intentará resolver el misterio por las vías correctas, comenzando por descifrar los supuestos mensajes usando el código Morse. Lamentablemente, no sólo sus vecinos decidieron dar por sentado que todo lo que provenga de su boca es una invención, también la policía y el propio espectador.
El contexto así lo sugiere: los medicamentos que toma; el calor que sabemos puede enloquecer a cualquiera; la soledad y los constantes recuerdos de cómo su apacible visita a la playa se convirtió en una escena de terror la dejan mal parada. Su palabra no vale nada. Para todos, simplemente está loca.

Los comentarios y reacciones de todos hacen dudar a Molly sobre su salud mental. Las posibilidades de quién necesita su ayuda se reducen a tres mujeres: una que suele observar desde su balcón y parece una alucinación; una esposa que discute con su marido en la calle y elige disimular la violencia que vive; y una mujer enferma, en silla de ruedas, que depende de su hijo para todo. Ninguna parece ser el origen de los golpes y el dolor que Molly escucha por las noches.
¿Acaso su mente le está jugando una broma? ¿Será ella la siguiente en sufrir y gemir de dolor en su edificio? ¿Es sólo una pesadilla? La verdad se destapa con el casi sacrificio de Molly: Tenía toda la razón y nadie le creyó.
En tan sólo 18 días de filmación y un presupuesto muy pequeño, Frida Kempff logró su cometido, jugando con los colores (vale la pena observar lo que el rojo y el verde generan en el personaje) y la cámara siempre enfocada en el rostro de Molly, reflejando su mirada y desesperación.

“Knocking se basa en una novela corta llamada Knocks. Cuando leí la novela, me recordó cómo las mujeres son tratadas en nuestra sociedad ”, explicó Kempff minutos antes de iniciar la función de medianoche.
“Es fácil juzgar a una mujer solo por su apariencia”, dijo para el portal Bloody Disgusting, agregando “Estar en el lugar de Molly todo el tiempo realmente muestra cómo el gaslighting (manipulación, abuso emocional) puede llevar a una persona a la locura”.
Knocking fue dirigida por Frida Kempff, escrita por Emma Broström y protagonizada por Cecilia Milocco.

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