Por: Amira Ortiz | @unazuara
«Esta es una historia de vaqueros e indios», narra el cantante, que en la melodía revela una tragedia donde el prejuicio da paso a la violencia y la separación. Una canción sobre individuos, el pueblo que sangra y, al centro, dos enamorados. Al final, mientras los créditos de Non Western corren, la voz declara que esa es la historia de su origen. Y buscando los orígenes del actuar de sus protagonistas, Laura Plancarte entrega un documental que, con el pretexto de una boda, atestigua el alcance de las opresiones explícitas y veladas.
Non Western sigue a la pareja formada por Thaddeus, un nativo cheyenne y Nanci, una mujer caucásica. La cámara se adentra en su intimidad: la casa que acaban de comprar, la convivencia con los hijos (de ella), las reuniones con amigos y las diferencias que los atraen y los separan. Pronto damos cuenta de que la clave en la relación es la concesión. Así, Nanci se somete al concepto de esposa y madre que Thaddeus y la tradición dictan, para de esa manera ser «digna» de contraer nupcias en una ceremonia de la tribu.

Para el ojo extranjero, este podría ser un relato exclusivo del machismo, pero la directora mexicana busca entender el contexto de este oeste, levantado en la destrucción de quienes primero lo habitaron. Así, sin nunca adentrarnos por completo -respondiendo al carácter reservado de Thaddeus-, las exposiciones a cuadro dimensionan cómo y de dónde toman forma las violencias que los atraviesan como pareja y como norteamericanos.
En la relación de esta mujer blanca que se desarrolla en la academia y este hombre racializado ex combatiente de guerra, las dinámicas de poder tienen más de una capa. Plancarte dedica además un segmento a la historia de la madre de Thaddeus, una sacerdotisa cheyenne, que en el abrazo a su comunidad reclamó su identidad y que con ello también tuvo que hacer concesiones con la violencia que sufrió.

Por la naturaleza de sus imágenes, a momentos sería verosímil afirmar que la cinta es una ficción, lo que habla del nivel de inmersión del equipo. Este tipo de acercamiento, al mismo tiempo ajeno y omnipresente, en una primera lectura podría inferir que el documental romantiza las microviolencias de esta relación. Pero en escenas clave de conflicto es clara cuál es la postura, a quién la cámara le dedica su atención y empatía.
Laura Plancarte, al buscar entender, reafirma sus sentires y se topa con más incógnitas. Nos queda pensar en el futuro y en las formas de construir a partir de las diferencias. Esta no es una historia de vaqueros contra indios, pero sí una de las miles atravesadas por sus consecuencias. Thaddeus y Nanci lo dicen: «Esto no es un cuento de hadas».

Non Western se presentó en el Festival de Cine de Morelia #FICM2020, como parte de la selección de largometraje documental.
