Por: Celina Manuel | @zeppelina0
Una mirada fragmentada en el espejo roto. La geometría del triángulo que forman dos hombres y una mujer de pie y en silencio. Se trata de las formas del dolor, de los fantasmas del pasado y de la incapacidad de perdonar. Pero también de tres pilares que conforman un refugio entre el tormento para María, Julián y Santiago, un escritor que exorciza sus deseos más oscuros con historias puestas en palabras. Lo simbólico dice más que las palabras en Almas Rotas.
Almas Rotas es el único largometraje michoacano que forma parte de la Selección Oficial del Festival Internacional de Cine de Morelia, #FICM2020; es dirigido por Juan Pablo Arroyo Abraham y que de la mano de la mirada de la cinefógrafa Anna Soler Cepriá, además de un crew estupendo, habla sobre la posibilidad de los afectos y los tormentos compartidos entre los tres personajes.

Hace tiempo, en GaF, tuvimos la oportunidad de charlar con Anna Soler Cepriá, cinefotógra de Almas rotas, quien nos contó sobre su trayecto en esta película, de la complicidad para crear y de abrirse camino en la industria trabajando desde la periferia.
Anna Soler comenta que hay una gran complicidad a raíz de una amistad de años con Juan Pablo Arroyo, director de la película, lo que también significó que ella estuviera presente desde muy al inicio del proceso. “Hay mucha complicidad, entonces estuve desde el cuarto borrador, de aproximadamente 16 tratamientos. Desde los primeros borradores comenzamos a charlar sobre la estética, la intención de la fotografía e incluso el cast de la película”.
La complicidad también se traduce a un conocimiento de años sobre el estilo del director, y a una forma de trabajo muy colaborativa que en palabras de de Anna es debido a que “Juan Pablo no es un director soberbio, está abierto a las ideas que proponemos desde nuestros departamentos.” Además de que todo fluye más porque el tiempo que llevan de conocerse y de colaborar se traduce en que hay un conocimiento más a fondo del estilo del director. Para Anna saber trabajar en equipo y colaborar es primordial para llevar a cabo una película.

Fotografía de Tona Morales
Sobre el trabajo conceptual detrás de Almas Rotas
La historia se mueve entre el tiempo y el espacio, las locaciones michoacanas están ubicadas en Morelia, Pátzcuaro y Zacapu, respondiendo a las necesidades que cada momento necesitaba en la historia.
Se trabajó conceptualmente en el uso de la paleta de colores, al tratarse de tres tiempos diferentes (uno de ellos una ficción dentro del tiempo presente), las atmósferas tuvieron que traducirse a colores, texturas y composiciones milimétricas.
Dentro de la ficción que va cobrando vida conforme “Santiago” la escribe, Anna propuso trabajar con colores CMYK, que son colores para impresión; siguiendo así la naturaleza de esa ficción que correspondería a una novela impresa.

Fotografía de Annel Melgajero.
Aunque se trata de un proyecto con un presupuesto más inclinado hacia las producciones independientes, se cuidó hacer cada etapa correspondiente de la pre producción. Soler también contó entusiasmada que al equipo se fue sumando crew con vasta experiencia en producciones grandes, personas a quienes les interesó el proyecto y que se unieron para colaborar a partir del cariño forjado entre colaboraciones pasadas. “Fue mucha responsabilidad y fui muy feliz”, dice entusiasmada Anna Soler, al responder sobre la experiencia de trabajar en un proyecto todavía más grande en comparación a otros proyectos en los cuales ha puesto su mirada detrás de la cámara.
Crear desde la periferia
Sobre trabajar forjándose un camino como cinefotógrafa, lejos de las grandes urbes, Anna responde que es muy complicado, pero no imposible, ya que cada vez se está haciendo más cine y de manera profesional en distintas partes del país. “100% no me dedico a ello, pero es una apuesta que he hecho, porque aunque amo mi profesión, no es lo único, para mí no es calidad de vida, por ejemplo vivir en la CDMX”. Al mismo tiempo expone que su manera de trabajar es más bien nómada y cuando se ha requerido se mueve a donde haga falta, “a donde me llamen y si me enamoro del proyecto, voy”. Pero siempre regresando a Morelia entre cada proyecto.
“Hay que hacer, arriesgarse y hay que estudiar, que se puede hacer por cuenta propia”, aconseja Anna para quienes tengan la inquietud de seguir forjando una carrera desde la periferia. Finalmente agregó que es importante no ceder al miedo: “Hay que vencer el miedo a fracasar, que no sea algo que paralice.”

Crédito de la fotografía: Paola Tello.
Almas Rotas se filmó de mediados de enero a mediados de febrero del año 2020. Para consultar más información y noticias sobre la película, visita su sitio oficial.
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