Por: Linda Marine | @marinetwiteando
La más reciente entrega de la directora alemana Luise Donschen nos trae una conceptual mezcla de espacios y personas en la que observamos cómo es el decir adiós.
En la Competencia Internacional de Cortometrajes de la presente edición del Black Canvas encontramos Entire Days Together (2019), una aproximación a la ahora aparentemente apacible y recién transformada vida de una joven. La historia nos introduce a su íntima cotidianeidad entre examinaciones médicas y actividades comunes, irrumpida por una fuerte revelación: su epilepsia ha sido curada. A partir de esta noticia, Donschen crea una especie de excursión visual en donde estudia las distintas partes de la vida de la protagonista que se verán redefinidas.
Cercana a las vacaciones de verano, la joven se encuentra en sus últimos días de clase junto a sus compañeros, de los cuales podría alejarse de elegir cambiar de escuela, llamativa oportunidad que surge a raíz del fin de su enfermedad. Con esta nueva vida, entonces, surgen nuevas decisiones a las que deberá enfrentarse, además de a los sentimientos profundamente reunidos en la abrupta conciencia del cambio.

La vida a la que está acostumbrada se comunica visualmente a partir de una amena y franca combinación de fragmentos de diferentes rostros, acciones, juegos y lugares que demuestran las escenas de su normalidad que parece atesorar en su memoria a partir de contemplaciones concentradas, donde la fotografía logra capturar los detalles que cobran vida propia en cada experiencia humana y que sensibilizan al espectador al encuentro de estos en pantalla.
Conforme el cortometraje avanza nos son confiados espacios tranquilos donde la protagonista, entre la suave, segura y enérgica calidad de un bosque, se ve pensativa ante la búsqueda de una reconciliación consigo misma y con el nuevo mundo que ahora está en sus manos. De la misma manera, va explorando el nuevo mundo que se le presenta, sin diálogo alguno, pero con su expresión como la encargada de mostrar sus emociones, como la incertidumbre propia que reside en lo desconocido.

En este trabajo de ficción somos admitidos a la privacidad de una serie de aconteceres presentados en pantalla que se desenvuelven con un andar que resulta muy natural, por lo que nos podemos sentir como meros observadores de un proceso de transición. La evaluación de la coexistencia de un grupo de personas que comparten un mismo espacio cada día también toma lugar en este cortometraje como uno de los puntos de partida para la reflexión de la protagonista.
Entire Days Together nos presenta la despedida de una enfermedad y de un espacio de una manera muy conceptual, en la que la composición reconforta a la vista al ser muy directa en la esencia que quiere capturar. A pesar de no conocer lo que depararía el destino de la joven en cuestión, el cortometraje no necesita de ello para enriquecerse, pues es su mismo viaje por los últimos días enesta ahora vieja realidad lo que lo traza como una obra singular para representar el duelo de algo que sólo ha muerto para dar paso a otra vida.
Finalmente, la imagen nos es arrebatada repentinamente de la misma manera que la realidad a la que la joven estaba acostumbrada también se fue de sus manos.

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