Por: Mayra Cerda | @maycerdis
Este año 2020 tenemos la dicha de poder explorar la programación de la 4ª edición de Black Canvas, un gran festival de cine contemporáneo, en el cual podremos ver un corto de la directora francesa Mathilda Girard. En Les Épisodes – Printemps 2018 (2020) vemos que la directora tiene una capacidad increíble de adentrarse en la vida de sus amigos, usando la confianza que le tienen para mostrar ideas y facetas que difícilmente vemos de extraños o conocidos en pantalla. Quizás sean extraños para nosotros, pero para Mathilda son sus amigos y aliados a quienes deja claro que respeta y aprecia; quienes tienen conversaciones dignas de plasmar en un video y compartir con el mundo.
En este corto de 31 minutos seguimos a 2 mujeres y un hombre: Marta, Charlotte y Luc, más varias cameos en diferentes escenas de la directora durante las grabaciones. Ellos hablan claramente con Mathilda, sintiéndose libres de expresar todo lo que creen y sienten en ese momento. Por ejemplo, a Marta parece costarle un poco hablar de sus emociones y sentimientos en un principio. Al hablar de sueños puede hablar sin parar, pero en cuanto es algo real decide mejor enfocarse en los hechos y actividades.

Poco a poco puede hablar de lo que la mueve, lo que la molesta y lo que espera de la vida, pero como todos, tarda un poco en abrirse ante alguien cuando no son cosas mundanas pero por lo contrario, son cosas que nos afectan constantemente. En otra escena Charlotte y Marta hablan sobre poesía y cine, una conversación casual que nos hace extrañar esos tiempos previos a la pandemia donde podíamos quedar con una amiga por un café y hablar a rienda suelta de todos los temas que nos aquejan día con día. A Luc lo muestra como un chico expresivo y extrovertido, pero que al igual que todos hay temas que no se atreve a compartir sin importar quien sea esa persona.

Lo más significativo de este corto es que, al tener conversaciones que en un principio nos parecen insignificantes, un momento de enojo ante alguien que nos deja plantados, un recuerdo de una situación que nos marcó de por vida, un sueño alocado que no tiene explicación alguna, es que en realidad nosotros dejamos que esos momentos nos definan. Podemos quedarnos con las ganas de decir lo que queremos y lo que sentimos o podemos hacer algo para hacerlo realidad. Y son en esas conversaciones banales con amigos las más importantes, en las que llegamos a la solución ante todos nuestros problemas y si no es así, al menos el hablarlo honestamente hace que se aligere esa carga.
Deja una respuesta