Por: Alejandra Piña| @aletspi
¿Quiénes somos ahora? de Irma Pineda es el poema que viene a mi mente, porque de ese cuestionamiento tan preciso y personal se evoca la entereza. Y en ese mismo cuestionamiento veo anclado Resistencia, cortometraje de la mexicana Salma Millán que forma parte de la programación del Festival Black Canvas 2020.
Menos de 25 minutos conforman un documental autobiográfico de la autora, donde el color rojo emula todo inicio del movimiento que se opone a una rendición absoluta. De esta manera, Millán atraviesa infancias y adolescencias que parecieran pérdidas.
Se hace de elementos que figuran e instruyen un discurso personal: sillas que dan continuidad a una relación persona-madre, retratos de una habitación transformada, fotografías que emulan el vacío familiar, narraciones de viva voz y escritas que nos sumergen en un imaginario que no es ajeno.
El simbolismo es evidente de inicio a fin y, a manera de rompecabezas, como receptores nos corresponde una responsabilidad única que yace en la reflexión de cada cuadro y en los recursos introspectivos de cada quien.

Sin duda, Millán nos deja entrar en los puntos más sensibles de su historia, nos permite ponernos en su lugar y ser acompañamiento de cada interludio. Es justo esta exploración narrativa y de diversos formatos lo que logra que el filme conserve la esencia de lo bellamente humano, donde el dolor y el duelo transmutan en consciencia más que en conciencia; es decir, nos regala una percepción de su realidad que funge como espejo al espectador.
Ese hilo nos concede la oportunidad de mirar más en los adentros de las mujeres y, al desenvolver la historia, podemos ver cómo hay tanto en un linaje que ha sido trastocado por un entorno que en su momento trascendió en dolo, pero que quizá hoy, trasciende no solo en voz, lágrimas y pesar de la autora, su madre, su hermana, su sobrina y su padre, sino en reconstrucción y resistencia.
Salma se antepone como primera persona ante el lente y me vienen a la mente cómo otras directoras como Zita Erfra o María Sojo –las primeras en las que pensé– optan por ser protagonistas sin protagonizar; es decir, toman sus propios desenlaces para hacer narrativas de mujeres sin conjeturas, más alineadas a una realidad social, “políticamente correcta” y moral donde, aunque son historias diferentes, siempre prevalece una imposición. Y es esta misma imposición la que funge como eje central para empujar reflexiones e introspectivas que van desde lo micro hasta lo macro.
Resistencia no se trata sobre un peso muerto que cae en los hombros cual bulto. Resistencia es la manifestación de buscar respuestas y trascenderlas para, en un momento dado, voltear atrás y ya no preguntarse, sino afirmar quienes somos ahora. Como lo escribió alguna vez Andrea Murcia: encontrar resistencia en la vulnerabilidad.
Este filme de Salma Millán forma parte de la programación del Festival Black Canvas que se estará exhibiendo en salas de cine y en streaming del 1 al 10 de octubre.

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