Por: Andrea Alejandra |@AndreaLeji
¿Por qué será que al estar lejos de nuestra cotidianidad es cuando más cerca estamos de nuestra intimidad?
La directora Evelyn Muñoz nos conduce a experimentar nostalgia y empatía en su segundo cortometraje Un año sin primavera. En él seguimos el viaje que una mujer mexicana realiza a través de Chile y Bolivia, para luego volver a su país natal, a lo largo de un año.
Nos sumergimos en los pensamientos de esta joven mujer, para ver lo que sus ojos vieron durante el viaje: Las manifestaciones feministas, amigos, paisajes. Pero, más importante aún, para sentir las emociones que la atravesaban a ella: Extrañar su hogar, pero maravillada por lo que conocía; descubriendo diferencias culturales, pero similitudes sociales. La edición fue acertada al sobreponer ciertas imágenes en pantalla, materializando la fusión narrada por la voz en off que narraba la historia; y al optar por filtros que evocan a recuerdos.
La circularidad en la construcción del relato es clave para entender cómo viajar nos puede devolver a los mismos lugares físicos una y otra vez, pero nunca nos llevará a repetir nuestros lugares internos. Por ello, hay una nostalgia permanente que se queda con nosotros, y que el cortometraje sabe transmitir.
La cuarta edición del Ciclo de Cine Contemporáneo Quiénes somos nos trae, a través de FilminLatino y con el apoyo del Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla, este trabajo de Evelyn Muñoz que nos invita a vivir un año sin primavera a través de América Latina, reencontrándonos con nuestro propio contexto sociocultural mexicano.

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