Por: Celina Manuel |@zeppelina0
Hay un dolor latente en la memoria, tras la masacre ocurrida en la llamada “Casa de los conejos” en Ciudad de la Plata, Argentina. Un trauma sobre la dictadura en los 70 y la vida en la clandestinidad; pero esta película tiene la peculiaridad de que, al igual que en «Manèges, Petite histoire argentine«, novela autobiográfica de Laura Alcoba en la que se basa, también está contada desde la mirada de una infancia despojada de inocencia y cargada de responsabilidades y preocupaciones adultas.
En este primer largometraje de Valeria Selinger, la cámara convierte al espectador en un cómplice del secreto que guarda la casa, siempre desde una perspectiva a la altura de “Clara”, la niña de 7 años cuyos ojos presencian la vida en la clandestinidad junto a su madre y miembros de la Organización Montoneros, entre conejos y la imprenta ilegal del periódico Evita Montonera.

La calle, el pasto y las flores significan un lugar peligroso e inseguro para los adultos que rodean a Clara, en cambio, para ella es donde suelta el peso de las reglas de comportamiento: el nombre falso, la historia inventada y las excusas para encubrir la identidad en la escuela y en casas vecinas.
Dentro de la casa en penumbra para pasar desapercibido, los conejos son criados para convertirse en alimento, no hay tiempo para las mascotas, no hay tiempo para hacer amigos e ir a la escuela es peligroso. Ahí dentro el mundo se hace más pequeño y las charlas encendidas entre adultos que planean la resistencia interrumpen abruptamente la infancia de Clara, quien intercambia miradas de temor con los conejos, que parecen ser la única compañía que entiende su cautiverio.

Policías uniformados rodean la casa. Una amenaza sale del altavoz. Miedo. Un cañón dispara. Explosión. Silencio. Muerte. Pasos entre entre cuerpos inertes y conejos. Un bebé llora entre los brazos de un policía. Se trata pues de una versión fílmica que dialoga en su forma con el documental para contar una historia real, dolorosa y que pone el dedo sobre las preguntas que siguen sin ser respondidas.
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