Por: Julia Iturbe | juliaiturbe_
“Ella utilizó su cuerpo como una herramienta” narra una voz mientras el cuerpo dibujado de una mujer se viste y se acaricia a sí mismo».
“All her dying lovers” esboza la imagen de un rumor convertido en leyenda acerca de una enfermera checa que sufre uno de los horrores de la Segunda Guerra Mundial durante la ocupación a Checoslovaquia.

Dirigido por Anna Benner y Eluned Zoe Aiano, “All her dying lovers” logra en seis minutos a través de la animación, capturar el sufrimiento y la transformación de la misteriosa mujer que protagoniza el relato contado por habitantes de Třeboň, cuyas voces nos guían sobre la percepción y las distintas opiniones sobre los hechos que pudieron o no haber ocurrido, pero que reflejan una cara de la guerra que es poco discutida.
“La violación es una parte de la guerra”.
El retrato de esta enfermera, se dibuja a través de sus acciones cotidianas, al tiempo en el que las voces nos revelan hechos funestos, generando un paralelismo entre la femineidad, la seducción y la violencia en la vida de esta mujer, quien se transforma en búsqueda de venganza tras haber sido abusada sexualmente por un soldado con sífilis.
“Ella los conocía, les guiñaba el ojo, ejecutaba su plan y se iba rápidamente”, especula un narrador anónimo, añadiéndole misterio y acción a una historia que retrata a la vez el dolor que transforma a una modesta enfermera en una mujer dispuesta a utilizar su cuerpo como campo de batalla.
All her dying lovers: Una enfermera, un Nazi y un pez, captura como un cortometraje cuyos planos, movimientos, colores y musicalización presentan a un personaje enigmático, casi místico, mientras que los sucesos narran la cruda realidad de muchas mujeres cuyo cuerpo es considerado un territorio más que conquistar durante los conflictos bélicos.

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