Por: Laura Uribe | @Lauu_Uribe
En 4 episodios Netflix y la directora Lisa Bryant nos muestran el ascenso y caída de uno de los personajes más aterradores del Estados Unidos contemporáneo, el multimillonario Jeffrey Epstein, cercano a otras figuras de poder como Donald Trump, el Príncipe Andrew y Bill Clinton, y quien fue acusado en 2019 de abuso sexual por más de 40 mujeres, la mayoría menores de edad en el momento de las violaciones.
“Un elemento pequeño en una red enorme” son las últimas palabras que una de las víctimas dice en el cuarto episodio de esta mini serie documental, dando a entender que la red de tráfico sexual se extiende mucho más allá de los dominios que Epstein tuvo en su momento.

Hace poco leí un tuit donde se mencionaba lo fácil que resulta para los hombres blancos y adinerados quedar impunes de casi cualquier crimen y este caso ejemplifica a la perfección este privilegio, el que Epstein haya podido operar sin ningún problema esta red de abusos muestra una clara conspiración con todas las esferas de poder, desde policías en comisarías locales hasta jueces federales y CEOS de diferentes empresas.
¿Cómo logró mantener en secreto durante casi 20 años sus crímenes? Dinero, poder y sobretodo nunca ser cuestionado, ya que muchas veces estos personajes también contribuían y participaban en los abusos, como señalan varias de las víctimas.
Esta no es una serie fácil de ver, la crudeza de los relatos de varias de las víctimas, quienes conocieron a Epstein en la adolescencia y, empezaron desde los 14 o 15 años un camino lleno de dolor y abuso, sostenido por instituciones como la policía o la suprema corte estadounidense.
Durante los 4 episodios los testimonios e historias de cada una de las víctimas se intercalan con escenas que narran la vida de Jeffrey desde su juventud y cómo logró amasar una fortuna valuada en 577 millones de dólares, la cual incluía una isla privada y varias propiedades alrededor del mundo.

Esta fortuna y poder por supuesto no llegaron solos, el documental también explica muy bien como las conexiones con otros hombres poderosos fueron las que pusieron a Epstein al mismo nivel de los personajes con los que se codeaba e incluso llamaba amigos.
El documental definitivamente es una pieza clave para entender quién era Jeffrey Epstein y qué papel jugaba en esa red de tráfico sexual, también para mostrar el frágil sistema de justicia que casi nunca vela por las víctimas, sin embargo creo que falla en mostrar más a profundidad este problema sistémico. No logra responder muchas preguntas que, a mi parecer, era importante no dejar fuera en un tema tan importante como este, sabemos que los abusos no terminarán con la muerte de Epstein y quedan muchas interrogantes sobre aquellas personas que permitieron que esto sucediera por tantos años.

De todas formas este es un contenido imperdible y muy necesario para entender, aunque sea de manera superficial, como operan las relaciones y estructuras de poder y las terribles consecuencias que pueden llegar a tener cuando se llevan tan lejos, sabiendo que no habrá represalias.
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