Por: Lizette Galeana |@gaoltt
“Ahora no pienso, solo siento”
La realizadora mexicana Dalia Huerta Cano nos regala en su último cortometraje un ejercicio cinematográfico especial. Por medio de una especie de collage conformado de textos, correos electrónicos, imágenes yuxtapuestas entre sí y sonidos discordantes, nos entrega en Síntomas una historia para dejarnos los cabellos de punta.
En el documental se nos relata la historia de una cirujana, que acongojada por la infidelidad de su pareja, se dedica a acosar obsesivamente a la amante por más de dos años. Su incesante asedio parece no tener límite. Los mensajes y las llamadas continúan escalando hasta convertirse en fuertes amenazas que tienen como raíz el mismo dolor de la traición.
Las mujeres desde que nacemos escuchamos la frase: somos las peores enemigas de nosotras. Lo interiorizamos a base de repetición y lo reproducimos como medio de sobrevivencia, de los pocos que llegamos a conocer. No nos reconocemos en las demás, no son compañeras, son la “otra”. Incluso las que tenemos el privilegio de ponernos las gafas violetas seguimos atrapadas en ese discurso patriarcal del cual es difícil desprendernos.

A pesar de que son mostrados los nombres de las mujeres del relato, no hay un protagonista como tal. La directora busca mostrar la historia como un reflejo universal, algo por lo que cualquiera de nosotras podría atravesar, ya sea desde una posición u otra.
El cortometraje de igual forma funciona como un registro. La desconsolación no se vive de la misma manera en ésta época digital, los medios de comunicación a nuestro alcance son fácilmente convertidos en instrumentos de venganza. No por nada se habla ahora acerca del derecho a la paz y seguridad cibernética. La violencia que se recibe por esos canales tal vez no es física, pero definitivamente si atraviesa e impacta.
Más que un filme, es una experiencia. Es fácil olvidar que el cine no es solo entretenimiento, es un medio de transmisión, no tiene porqué existir necesariamente dentro de ciertos parámetros marcados, es posible sacarlo de ellos. Síntomas no solo se ve y se escucha, también se siente porque incomoda, perturba y mueve sensaciones desde las propias entrañas.
Deja una respuesta