Por: Lizette Galeana |@gaoltt
El documental dirigido por Stephen Loveridge, «Matangi / Maya / M.I.A», es una crónica de vida de la misma artista que le da título al filme, la cantante, rapera y activista Mathangi Maya Arulpragasam, mejor conocida en la industria musical como M.I.A.

A partir de la recopilación del material grabado a primera mano por ella en su adolescencia y juventud es que se va configurando la historia personal de una artista. M.I.A. irrumpió con su música en medio de los dosmiles con sus primeros mixtapes, lleno de tracks pegadizos y bailables, pero con letras que denunciaban las cuestiones políticas que necesitaba gritar al mundo entero.
Éste no es solo el perfil de una estrella en ascenso, sino el viaje de una joven inmigrante redescubriendo sus orígenes en su país natal Sri Lanka, inspirándose en la cultura y encontrando una voz única que podía compartir por medio de su arte, lo cual la llevó al éxito masivo en una primera instancia. El filme no se detiene ahí, sino que muestra la parte desagradable del camino.
La cantante se ha visto envuelta en múltiples escándalos a lo largo de su carrera, ha sido criticada una y otra vez por sus posturas y mensajes políticos, incluso fue acusada de hacer apología “terrorista” por las autoridades de Sri Lanka al mostrar su apoyo al grupo Liberation Tigers of Tamil Eelam, ésto en medio de la guerra civil que se desataba durante aquellos años. Por su parte, en los medios occidentales se le silenciaba y su discurso no era tomado en serio por ser una “estrella pop”.
Sin embargo, aunque la película es honesta con el mensaje que propone, comienza a desinflarse en la recta final. Matangi obviamente no puede desligarse de todas las partes que la componen: mujer, migrante, música, celebridad; y en esa intención de querer reflejar todas las facetas es que la historia pierde enfoque.
El apartado técnico no es particularmente fascinante, la fotografía es sencilla y correcta, cumple con lo necesario para contar, mientras que la edición en ocasiones hace saltos de tiempo ligeramente bruscos. Destaca el acompañamiento de la narración con las canciones de la protagonista, porque van reflejando su evolución musical y personal.
M.I.A. no es una estrella pop convencional, sino una rebelde de corazón y eso queda plasmado claramente. Es importante recordar que el arte, en cualquiera de sus variantes, no existe en un vacío, sino que está influenciado por el contexto del que provienen sus creadores, tanto de su sistema de creencias personales, como de las sociales. No todos cuentan con el privilegio de poseer una plataforma y es responsabilidad de los que la tienen amplificar las voces de los oprimidos.
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