Por: Julia Iturbe | juliaiturbe_
−¿Soy un criminal?
−Lo eres ahora.
Es uno de los diálogos que comparten Queen [Jodie Turner-Smith], y Slim, [Daniel Kaluuya], justo al inicio de esta impactante película realizada por la conocida directora de videos musicales Melina Matsoukas, siendo Queen & Slim su debut en largometraje.
El filme relata la historia de una pareja de jóvenes afro-americanos que, al finalizar su primera cita, son detenidos injustamente por un policía. La escena, que tiene lugar en los primeros instantes de la película de dos horas y doce minutos, da al espectador una mirada inicial de la incertidumbre, el miedo, el enojo y la frustración que sienten los personajes hacia la “justicia”, por el racismo con el que opera. Teniendo esta escena un trágico desenlace, Queen y Slim se convierten en dos conocidos que ahora deberán enfrentarse a un sistema racista que los inculpará y convertirá en criminales sin importar las circunstancias.
A lo largo de este road movie, los personajes son confrontados ante distintos parajes de la lucha racial, teniendo como escenario los contextos de distintas entidades de la Unión Americana, a través de un viaje de Ohio a Florida, en búsqueda de la libertad que les fue arrebatada, por lo que ellos cuestionan a dios o al destino, por nacer con un color de piel que los hace víctimas de prejuicios de los que han tenido que huir toda su vida.
−¿Eres una buena abogada?
−Soy una excelente abogada.
−¿Por qué la gente negra siempre siente la necesidad de ser excelente? Deberíamos solo ser nosotros mismos.
Con los diálogos, compuestos por una interacción pregunta-respuesta entre los personajes, Melina Matsoukas logra que nos cuestionemos por qué le suceden esas situaciones a los personajes, teniendo como respuesta un solo aspecto, desarrollado a través de la película: el racismo. Visualmente, podemos experimentar la transición de Queen y de Slim en la “aceptación” del estereotipo, en su forma de vestir y de actuar, con lo que podemos observar en un inicio como un rechazo a los cánones de separación entre razas y que se transforma en el empoderamiento de las distinciones culturales.
Narrativamente, las interacciones de los personajes principales con los secundarios, a través de la carretera hacia su destino final, son presentadas en forma de episodios en los que la directora Melina Matsoukas contribuye con cada escena a un crudo discurso acerca de la sociedad estadounidense, poniendo en perspectiva, a través de locaciones y personajes, distintos temas como la posesión de armas, la prostitución, la presencia de la esclavitud en su historia, así como la lucha del Black Power cuya presencia en el filme es arrolladora, mostrándose como una batalla colectiva pero a la vez personal, en la que los protagonistas se vuelven ídolos o estandartes, representando la fuerza e importancia de personajes importantes en la historia de el movimiento, en una especie de homenaje.
En Queen & Slim existe también un intenso sentido reflexivo de la separación visual y narrativa en los colores, no es casual la decisión creativa de presentar a los personajes con un retrato en blanco y negro a través del cual Matsoukas habla también acerca de que la imagen, siendo esta una fotografía o el cine mismo, es una forma de grabar nuestra presencia en la historia.
La directora, logra a través del desarrollo de los personajes, una sensación mítica haciendo de Queen & Slim un relato estremecedor, crudo y visualmente fascinante de un Adán y Eva afro-americanos que cuestionan a dios las condiciones que les ha puesto en el mundo, mientras huyen de los prejuicios que los llevarán a cumplir un destino.
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