Por: Berenice Viveros | @BereeViveros
En la décima edición del FICUNAM en la actividades académicas se realizó el Encuentro de nuevas narrativas con perspectiva de género. En el cual se analizó lo que está haciendo la industria cinematográfica para generar nuevas normativas, ampliar la diversidad de creadores y comenzar a romper con viejos modelos de producción.
Entre las ponentes estuvo Bani Khoshnoudi, directora de la película Luciérnagas (2018), a la que tuvimos el gusto de entrevistar para Girls at Films.
GAF: Retomando lo que se iba a hablar en la mesa de “Apoderarnos de nuestras historias: agenciamiento y mirada femenina” ¿Consideras que existe una mirada femenina? o ¿Qué es una mirada femenina?
Bani Khoshnoudi: Siempre es una pregunta bien complicada porque siento que es falso decir que hombres y mujeres somos lo mismo o que tenemos el mismo contexto cultural. Aunque si empezamos hablar de cultura, yo creo que hay temas que son más determinantes, los origines, idiomas, clases sociales sobre todo. Que definen y determinan la mirada, antes de lo que es ser mujer u hombre, según yo, es mi visión de la cosa.
Para mí es imposible de hablar de lo que sea como mirada o visión u opinión, contexto o posición sin hablar de clase social. Hoy en día han buscado una dicotomía entre hombre y mujer sin tomar en cuenta la clase social o la precariedad de algunos o los privilegios de otros.
La mayor parte de la gente que logra hacer cine viene de una clase social más privilegiada, clase media o clase media alta. Hay excepciones por suerte.
Definir que una mirada es femenina a mí me resulta muy difícil pensar en ese sentido.
Como mujer, tengo otro contexto y otra serie de asuntos a los cuales me tengo que confrontar desde muy joven por vivir en sociedades patriarcales. Entonces claro estoy enfrentada a ideas de la belleza, la idea de lo que es sensual, desde dónde mirar el cuerpo de mujeres y hombres.
Soy de origen Iraní, entonces vengo de una cultura que podemos pensar que es muy machista pero en el contexto de mi familia tuve mucha libertad. Para mi, la desigualdad entre clases es mucho más grande que la desigualdad entre hombre y mujer. No solo en México sino en el mundo entero.
GAF: Mencionas esta diferencia de clases y es verdad que quien lo estudia tiene un privilegio como tal, entonces, tenemos que plantearnos la ética como creadores. El cine es un medio masivo y al llegar al espectador podemos reforzar ideas o crear nuevas. ¿Consideras que ya está iniciando un análisis por parte de los colegas a la hora de escribir? ¿Se están empezando a alejar del estereotipo?
Bani Khoshnoudi: Creo que ciertamente hay un intento en imponerse, imponer su visión o su mirada. Hoy en día hace falta ser honesta y dudo justo de la honestidad o la sinceridad de muchas cosas que he visto .
Eventualmente toda esa visión de que estamos imponiendo como mujeres en la industria va a quedar muy vacío y superficial por no hacer este ejercicio de deconstruirse también por su contexto y su clase. Sobre todo en México donde hay una sociedad de clases muy rígidas, hay mucho racismo hasta en el cine que está intentando reclamar. Qué tan autocrítica sea la gente, hombre o mujer, consigo mismo cuando está escribiendo no lo sé, pero digo, no me toca a mi criticarlo pero me gusta ser honesta con esto.
Bette Gordon que no pudo venir, me impacta mucho su película Variety (1983), quería que estuviera presente en el FICUNAM porque es de otra generación, una generación que luchó de otra forma. Trabajando en un cine subterráneo o un cine muy independiente, creo que ella ahí nunca se tuvo que enfrentar a ese tipo de sistemas. Por la claridad de lo que hacía y ella justo me decía, que ella nunca quería hacer sus películas solo sobre mujeres, de hecho le interesa mucho lo complejo que es el hombre, reconstruirlo también, su sexualidad y todo eso.
GAF: Al estar creando el personaje de Ramin, la representación del homosexual no occidental, ¿Cómo fue tu proceso de acercamiento?
Bani Khoshnoudi: El otro es el que me interesa, el otro en mí, la alteridad de mi misma o cómo la percepción de uno cambia cuando está fuera de su contexto. Yo desde muy joven estaba desplazada, varias veces por mi propia decisión, siempre me ha interesado este cambio de percepción, entonces decidí hacer la película sobre un joven gay de mi país por varias razones.
Haber visto lo invisible una vez por la calle durante una gran revuelta en 2009, fue un momento eufórico donde había mucha gente en la calle hablando, compartiendo. Creo que mi película es más sobre eso que sobre el hecho de ser gay, la sexualidad me importa explorarlo pero lo que me importaba en la película era la libertad de esa persona de existir.
Entonces también los migrantes, he hecho varios trabajos sobre migrantes como grupo invisible, para acercarme al personaje y saber un poco más de qué se trataba pasé un rato entrevistando hombres gay, trans y lesbianas de mi país.
La investigación es lo que me permitió entender la parte muy humana y común que tenemos y es por eso que escribí al personaje así. Lo que le come desde adentro no es sexualidad, es el hecho de que está lejos de su país, lo que le pasó ante las torturas, lejos de su familia.
Películas que he visto últimamente, siento que hay muy poco trabajo de acercamiento, hay una proyección de uno, deseos de uno, desde su clase social de clase media o clase media alta.
Hablando de los hombres, son muy deterministas creen que hay un sistema y el status quo no lo ponen en cuestión y quizás la mujer está empujada a preguntar más, pero eso es una generalización también.
GAF: En varias de tus entrevistas mencionas las fronteras, lo cual lo relaciono con las fronteras invisibles que hay en el sentido de la exhibición y la distribución del cine. Se está iniciando a descentralizar la exhibición, pero falta mucho por hacer para que las películas lleguen a más gente. ¿A qué crees que se deba?
Bani Khoshnoudi: En el mundo cinéfilo hay una gran apertura hacia otras regiones del mundo, Asia , Medio Oriente, claro, en el cine comercial ya hay una selección.
Aquí en México para hablar de ejemplos concretos, por suerte, está la Cineteca y hay ciclos como el foro, o las muestras. Por ejemplo, cada año hay películas de mi país y da mucho gusto.
Luego en la educación, aquí se abordan muy pocas culturas, la gente no sabe ni dónde están ciertos países de Asia o de Medio Oriente aun menos y países en África pues olvidémoslo. Quizás habría una curiosidad más grande si se les enseñan más en las escuelas que Irán tiene una historia tan larga, es decir, si la gente tuviera esta base de educación. Quizás sería más exigente con la oferta y que se refleja también en los libros que se leen y todo. Pero bueno, eso va por el mundo entero.
Es un problema general, que por suerte el cine permite traspasar, cuando la gente ve una peli iraní dicen “bueno, entiendo el humor, entiendo muchas cosas y me veo allá”quizás eso es más difícil con un libro.
GAF: Y en este sentido del cambio de culturas , me lleva a preguntarte acerca de tu película, ¿Cuáles fueron tus referencias para crear esta historia en el puerto de Veracruz?
Bani Khoshnoudi: Cuando hice la peli ya llevaba 8 años viviendo en México y como trabajo desde la observación y lo vívido. Viajo a muchos lugares y no me quedo en mi burbuja.
Como vengo del documental, no me gusta decir eso, no tuve formación de documentalista pero mis primeras películas fueron documentales. Trabajas en forma de observación, quizás por eso.
Segunda cosa más importante mis colaboradores, el guión yo lo escribí, me ayudó mucho un director y productor mexicano Israel Cárdenas de Monterrey.
Cuando era momento del casting y de traspasar ya todo al gesto y a la actuación, tengo que agradecer mucho a mis colaboradores, les dejé improvisar mucho a partir del guion, ellos trajeron muchas cosas suyas. Si se salía demasiado de lo que yo me imaginaba pues quizás lo cambiábamos, pero siento que a través de todo el trabajo colectivo permitió hacer eso. El cine mexicano, de todas formas ha sido marcado por extranjeros que han vivido aquí.
GAF: En la escena donde están Ramin y Leti aprendiendo a bailar danzón. Tengo curiosidad si de referencia usaste Danzón (1991) de María Novaro.
Bani Khoshnoudi: Es muy chistoso (ríe), porque yo cuando escribí el guion, no tenía para nada Danzón en mente. La había visto pero no recuerdo si fue antes o después del guion.
Cuando lo filmamos, lo filmamos tal y como era el guion, ellos hablando y luego ese baile, fue una escena bastante improvisada por los diálogos y todo.
Cuando estaba editando, hay mucho danzón en la película de María porque se llama Danzón y todo pasa allá, me ocurría regresar a mirar la peli y la miré otra vez y me impactó mucho que sí hay una escena donde toman alcohol y bailan en una cocina.
Es totalmente otro contexto, totalmente otros diálogos y ambiente, en esa escena de Maria es más alegre y menos melancólico y me gustó mucho ver eso. Yo nunca me siento a ver un peli cuando voy a filmar o escribir, nunca, para tomar un contexto o una referencia directos pero claro, estoy habitada, mi mente está llena de libros, poesía, cine que he visto.
Admiro mucho a María y luego la vi y le dije (sobre la escena de la cocina). Ella había visto un corte y le dije que me ocurrió después, o sea, si quizás hubiera puesto esa escena en la sala o algo, pero era muy natural que ocurriera en la cocina y me gustó que su película también. Es un momento para recordarnos esa gran película hecha en Veracruz (Danzón). Entonces, no fue intencional pero ahí estaba.
GAF: Por último, ¿tienes proyectos en puerta en los que estés trabajando?
Bani Khoshnoudi: Sí, varios, la próxima película, si logro el financiamiento antes de los demás proyectos, pasa en París y tiene que ver con iraníes exiliados allá, es un thriller. Mi próxima película en México es una película de época y pasa en Mexicali pero bueno, paso por paso.
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