Por: Julia Iturbe | juliaiturbe_
“Shriker” es, según el Diccionario Inglés de Cambridge, una persona que evita algo, normalmente el trabajo que le es asignado. Para Sandi Tan, guionista y directora de este documental, es también el título de la película que ella y sus amigas Jasmine Ng y Sophie Siddique filmaron en el verano del 1992 en Singapur, junto con su amigo y mentor estadounidense Georges Cardona.
Shirkers: la película perdida narra el proceso creativo y personal que atraviesan las tres jóvenes en sus años adolescentes en la búsqueda de su voz creativa y la forma de expresarla, llevando al espectador a una aventura visual y enigmática, con colores, diseños y atmósferas inspiradas en los años noventa, y que formaron parte de la creación fílmica que Tan ideo a los dieciocho años.
El documental, narra las motivaciones y los roces entre las amigas al momento de la filmación de la película, al tiempo que desentierra los pensamientos de las mismas acerca del misterioso George Cardona, un hombre mayor proveniente de Estados Unidos y al que las jóvenes conocen como profesor dentro del primer taller de cine realizado en Singapur y que posteriormente se convertiría en mentor y amigo para Sandi.
Cardona, quien funge como director del filme, es asignado para hacer el montaje de setenta latas de film, mientras las tres jóvenes parten a distintos países para seguir sus estudios en distintas escuelas cine. Un año después del rodaje, el hombre desaparece junto con el material, dejando un vacío en la historia del cine de Singapur y en la historia personal de las creativas.
Veinte años después, Tan recibe un correo de la ex esposa de Georges: ha encontrado la película perdida, lo que re-confronta a la realizadora con el pasado y la motiva a comenzar un documental sobre la película filmada en su juventud.
De forma discreta Shirkers pone sobre la mesa temas como el protagonismo masculino en la industria cinematográfica, la inocencia de tres jóvenes cineastas que se enfrentan a esta realidad y la forma en la que afecta su destino personal y creativo.
Shirkers: La película perdida de Sandi Tan es hipnotizante, vibrante y misteriosa, sin duda una ventana al Singapur de los años noventa y al ingenio de la joven directora que logra crear una familiaridad y complicidad entre los personajes de la película de ficción y los del documental, que habla de ella, y del espectador, generando la sensación de que se observa un video-postal: personal, nostálgico, enigmático y misterioso.
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