Por: Andrea Alejandra |@AndreaLeji
Es bien conocida la fórmula tradicional de una comedia romántica. Y, además de conocida, también es muy popular. Su éxito reside en que nos es cómoda, familiar, y gratificante. Pero ¿qué pasaría si te intentaran vender una historia en la que la protagonista no se queda con su galán? ¿Y si nuestro personaje principal fuera manipulador?
1997 fue el año en que My best friend’s wedding vio la luz. Esta película vino a romper con muchos paradigmas, desde el tratamiento a sus personajes, hasta el desenlace de la historia.
El filme sigue la historia de Julianne, una crítica culinaria interpretada por Julia Roberts, quien de repente recibe la noticia de que su mejor amigo de toda la vida -Michael, interpretado por Dermot Mulroney- va a contraer matrimonio. Esa simple noticia pone de cabeza a Julianne, quien se da cuenta de que ama a Michael, y decide aceptar su petición de ser su “padrino”, con la verdadera intención de detener la boda a como dé lugar.

¿Qué fue lo que nos atrapó de esta película? ¿Por qué hasta la fecha la seguimos considerando una de las mejores comedias románticas del celuloide?
- Personajes complejos
Como lo dije antes, nuestra protagonista utiliza todos sus recursos para evitar perder al amor de su vida. Eso incluye manipular a su mejor amigo y su prometida, Kimmy, interpretada por Cameron Diaz, y orquestar diversas situaciones para que rompan su compromiso. Es evidente que no estamos ante un personaje principal que actúa siempre con honestidad e integridad; pero, Julianne tampoco es un monstruo. Es solo un ser humano que ama, que comete errores, que toma decisiones y lidia con las consecuencias. Es refrescante que le permitan a una mujer demostrar todo lo que es, y que salga de la convención unidimensional en la que solo puede ser dulce e inocente para obtener lo que quiere.
Como antítesis de esta mujer independiente, también nos encontramos con Kimmy, una chica alegre y que sueña con casarse. Podría ser fácil pensar que, como es el rival por vencer de nuestra protagonista, su retrato será el de una mujer débil. Pero Kimmy también demuestra su fuerza, y que los sueños de todo tipo son válidos.
Este retrato honesto de una mujer perfectamente imperfecta es algo con lo que podemos conectarnos, sobre todo ahora, cuando estamos en la constante búsqueda de personajes complejos que reflejen quienes somos.

- Acertado elenco
Nada de esto hubiera sido posible sin el estupendo trabajo de casting que hubo detrás. En el caso de Julianne, se tenía que elegir a una actriz que pudiera hacernos sentir empatía, aun en los momentos en los que su personaje estuviera tratando de destruir la felicidad de alguien más. Julia Roberts lo hizo con maestría. Su carisma, de entrada, nos hacía querer darle el beneficio de la duda a su personaje; y cuando mostraba la vulnerabilidad que había detrás de sus actos, no podíamos sino comprender -mas no justificar- lo que hacía.
Cameron Diaz, a su vez, se adueñó de Kimmy, y nos dio a una chica que viste de colores vibrantes y a quien no puedes evitar querer por su franca manera de creer en el lado bueno de las personas.
Acompañando a este dúo, están Mulroney y un magnífico Rupert Everett, como el nuevo mejor amigo y voz de la consciencia de Julianne. Ambos, lograr ser una acertada réplica para las chicas de la historia.
Cada uno hizo un buen trabajo de manera individual y, como conjunto, demostraban química con naturalidad, y un compañerismo que traspasó la pantalla. Tan es así que todos volvieron cuando Entertainment Weekly les pidió que participaran en su número dedicado a comedias románticas -del que el elenco fue portada- a inicio del este año.

- Un final feliz
Gracias a esos elementos, eres capaz de llegar al final de la cinta deseando que ocurra lo correcto, a pesar de que eso signifique que el personaje principal no logre su cometido y se quede con el chico. Sabes que no es lo que debe suceder, y puedes aceptarlo.
Pero no solo nos dan aprendizaje de lecciones antes de soltar los créditos. Si hay algo que puede ocurrir cuando terminas de ver My best friend’s wedding es que te den ganas de cantar o bailar. Pues mientras ves a Julianne despedirse de Michael y Kimmy, deseándoles lo mejor en su luna de miel, llega de manera elegante e impecable Everett en su papel de George, para sacar a bailar a su amiga, y recordarle que siempre nos quedará el baile, incluso en esos momentos en los que las cosas no salen como queremos.
- Mención honorífica: Soundtrack
Y, si a pesar de eso no te da curiosidad ver la película, busca la interpretación que hacen del tema «I say a little prayer» de Aretha Franklin. Estarás ante lo que puede ser considerado uno de los mejores números musicales en la historia del cine.
Andrea Alejandra:
La chica del lunar junto a la boca, con cabello ondulado y que se la pasa hablando de cine y series; esa es ella.
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