Por: Brenda Marquezhoyos |@capmaryos
The New York Times, un diario que habla de todo el acontecer noticioso, se ganó el prestigio por su periodismo de investigación y sin fin de especializaciones. En 2004 abrió un espacio al amor; fue cuando Modern Love nació y dio cabida a sus narradores.
Siempre de primera fuente y tratando de crear un diálogo con en el lector, si bien sabes que no es tu historia, en ocasiones no puedes dejar de pensar en el yo, ¡Soy yo!. Ahora podemos maravillarnos de la calidad de nuestras vivencias. Basta una columna y unas cuantas palabras para adaptar un guión y elegir un elenco que las represente. Es difícil
mantener una unidad cuando la historia no es continua capitulo a capitulo, pero se logra.
Tal como en la columna, existe una cuestión importante –la cual forma parte de hilo conductor– ¿qué es el amor? Retratar esa parte en material audiovisual siempre nos recuerda a los finales felices o chick flicks. Aquí en lugar de finales son comienzos de algo nuevo, vidas que toman un giro después de sus experiencias amorosas.
Este tipo de materiales se asocian como un gusto exclusivamente de mujeres. Porque mostrar la vulnerabilidad es parte de “nosotras” y en realidad tiene que ver con el hecho de existir, sea quien sea. Para la serie se montan diversas perspectivas y no basta con blanco o negro.
Mucho hay que explorar. Son 8 capítulos que oscilan entre la media hora y son tan concisos como los ensayos. Rodados en la ciudad icono, Nueva York. Cada uno de los capítulos cuenta con su encanto; un lazo de empatía en diferente momento. Ninguna historia es similar a la otra, no sólo por obviedad sino porque encuentran amor de diversas formas y no exclusivamente asociado al amor de pareja.
Tip: Antes de iniciar la serie, –recomiendo– leer todos los títulos, ahora sí, a elegir con cuál se adentra a la serie. Si bien es una temporada corta, jamás me gusta recomendar los maratones. Después de dos horas la cabeza comienza a inquietarse y no se pone la atención debida, se comienza a perder atención, en especial de los detalles. Es mejor saborear que tragar todo de golpe ¿no? –No quiero ofender a ningún devorador de series, es sólo la percepción de alguien a quien le cuesta poner atención por tiempos prolongados–. Pausas necesarias y no durante los capítulos.
La producción se anunció en junio del año pasado y la mitad de los relatos fueron dirigidos por el también productor John Carney (4), el resto corrió a cargo de Sharon Horgan (1), Tom Hall (2) y Emmy Rossum (1). A pesar de los múltiples directores, se logra una unidad estética y rítmica, desde la paleta de colores hasta los tipos de plano. La respuesta de Modern Love –ahora en su formato para Amazon– ha sido positiva como para confirmar una segunda temporada.
Modern Love está pensada para todos y no como en aquellas películas donde todas las historias se cruzan en la trama. Aquí cada quien tiene su espacio y tiempo, por lo mismo no todos los capítulos te van a enganchar de la misma forma. Por ello hice una selección de mis tres capítulos favoritos y seguro en alguno vamos a coincidir.
El tercer puesto se lo otorgo a ‘When Cupid Is a Prying Journalist’. Una narrativa doble, una charla en la se responde a una pregunta ¿has estado enamorado? De una entrevista privada se convierte en un encuentro intimo. Mientras el papel de Dev Patel quiere encontrar el perdón, su entrevistadora (Catherine Keener) cuenta una historia de liberación sobre un viejo amor. A veces se continúa el camino solo o acompañado pero siempre habrá que seguir. El punto de esta historia es combatir el hubiera para arriesgarse. ¿Qué hubiera pasado si…?
La segunda posición es dirigida por Emmy Rossum ‘So He Looked Like Dad. It Was Just
Dinner, Right?’ A los primeros detalles de la premisa, se podría asegurar que es otra historia cliché sacada de las páginas de Lolita. Sin embargo va más allá, juega mucho con la expectativa un tanto sexual –como público–. Cuando en realidad es un grito de cariño y reconocimiento. La escena final es de las mejores. ¿Por qué un hombre no puede llorar? ¿Por qué se es demasiado viejo para llorar?
El primer puesto lo tiene ‘Take Me as I Am, Whoever I Am’ con la actuación estelar de Anne Hathaway. En inicio una apología al romanticismo estilo La la land. Posteriormente un diálogo constante, un personaje que vive dos realidades y lucha para no dejarse apagar por una de ellas. Es un todo proceso de aceptación, porque ¿ustedes cómo se describirían así mismos? Toca un tema importante, la salud mental y cómo se concibe. Si bien no todo el mundo está diagnosticado con algún desorden, nadie está absuelto de sus propios demonios. Una de las frases con las que se puede entender todo este capítulo es “The good, the bad and the mad”.
Modern Love, es aquel lugar para desahogarse de tu propia historia. Reflexionar en los zapatos de otros. Son consejos indirectos que se pueden tomar –o no–. Si bien pasó de ser una columna, a podcast y ahora serie, es porque miles de personas quieren saber de esto, quieren que estas historias se sigan contando. Así como lo puede expresar el intro de cada capítulo con la canción ‘Setting Sail’.
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