Por: Brenda Marquezhoyos (@anakkinaa)
¿Cuántas veces te has quedado a ver los créditos de una película? El cine es una de las industrias con créditos que viven en el anonimato. Si alguna vez has imaginado con ser parte de la industria cinematográfica, seguro han figurado profesiones como la de directora o actriz. Afortunadamente existen otros campos, que quizá no tengan tantos reflectores ni premios ante las cámaras pero si un trabajo enorme. Algunos de ellos, son las personas dedicadas a la versatilidad del sonido en un proyecto.

Haz lo siguiente, disfruta de tu película favorita con los ojos cerrados. Intenta escuchar más allá del razonamiento de los diálogos; saborea las tesituras de la voz, reconoce a lente por ella. Descubre como la música incidental nos predispone a lo que pasará o simplemente porque una canción puede ser parte de la narrativa. Con los oídos ya entrenados para ver, observa aquellos sonidos que le dan contexto a la historia. Desde el ruidoso caos de las calles al exterior, hasta el silencio.
Sí, es un ejercicio que requiere tiempo y mucha atención. Justo ahora que las notificaciones del celular hacen ruido hasta con el modo en vibración. Tenemos fascinación por la inquietud, nos han desconectado de las cosas que suceden y dejamos de percibirlas. Entre más ruido menos escuchamos.
Alguna vez tuve una clase en la que pedían describir a qué sonaba mi colonia, no sabía que contestar hasta que comencé a grabar. Mis oídos no podían identificar las cosas hasta que me detenía a escuchar las grabaciones y repetirlas. Con ello noté que había un gallo que cantaba en las mañanas, alrededor de las ocho de la mañana –¿un gallo citadino?–, que la avenida se saturaba de autos por las mañanas y que siempre se escuchaban voces de niños yendo a la primaria que estaba cerca de mi calle. Hasta ese entonces lo único que me sacaba de la cotidianidad eran los ladridos de mi perro.
En cuestiones de cine, la identidad sonora de un lugar es muy importante para un proyecto, en ella recae la credibilidad del lugar –aun cuando este sea ficticio o recreado–. ¿Por qué lo digo? Si construyes un set cuyo lugar quiere representar a Francia, no importa que tan buen trabajo de escenografía hagas, si en tu audio se escuchan sonidos mexicanos, quién te creería. Sólo imagina que la voz de colchones, refrigeradores, estufas o algo de fierro viejo… intervengan en tu trabajo, también se podría colar el claxon de la cucaracha o simplemente personas dialogando en español. Y sí, es fácil suprimir el audio local, pero de todas formas tendrás que remplazarlo por un ambiente sonoro que remita a la cultura francesa.
Existen métodos sencillos y otros no tanto, pero en todos tendrías que hacer una ardua investigación según la época y lugar; grabaciones de campo en las que te tengas que trasladar al lugar, recuperar audios en las bibliotecas de audio o por qué no, recrear los sonidos con los famosos foleys, efectos de sonido –parte de la labor del diseño sonoro– Para este punto, puedo decir que es un trabajo que requiere de las tres fases de la producción (pre, durante y post). Además, según sea el presupuesto, será un trabajo integrado por un equipo que se dedique exclusivamente a ello. Todo esto sin hablar de la dificultad que es grabar diálogos, los tonos; el énfasis y la dicción, además de los diversos formatos para capturarlos. Un tema muy extenso y poco reconocido, que si aquí he mencionado algunas de sus actividades, seguro también he olvidado otras –muchas más seguro se están creando–.
Por si fuera poco, además de la parte involucrada en la creación de los sonidos y el audio de la película, tenemos la parte de musicalización y soundtrack. Que tiene que ver más con una curaduría temática entre las creaciones –melodías o canciones– ya hechas previamente, incluso mucho antes de que la filmación estuviera pensada, aunque de igual forma, estas tendrán que corresponder a los intereses del guion. También existen las que se hacen específicamente para el proyecto, con las que se llama al talento a crear en función de la película. Vale la pena recalcar que a veces no importa que tan buena sea una canción para formar parte de, si los derechos o permisos son negados, no podría integrarse, además del costo, y quien se atreva a hacerlo enfrentara una demanda.

Quizá esta parte suena familiar porque es las más comercializada, desde los soundtracks que se vendían –venden– en vinilo hasta los que podemos escuchar en Spotify. Si, efectivamente la música es parte de la identidad a una película, incluso cumple la función de destacar pistas y artistas que no hubiéramos conocido de no ser por el cine. Pensar más en la forma en la que llegamos a las cosas nos hace ver lo relevante del trabajo de una producción en cuestiones de audio, por lo tanto tener intereses más amplios en lo que nos gusta.
Justo en la parte de investigación es cuando se abre nuestra curiosidad y descubrimos lugares como la Fonoteca Nacional de México. La historia del país a través de sonidos, grabaciones y voces de personas que de no ser por esta institución, sólo imaginaríamos.
Una biblioteca dedicada a la identidad de mexicana en sonidos, un patrimonio que muchos no saben que existe pero que mantiene un registro de lo que sucede, porque no uena igual 2019 a 1999. Una visita podría cambiarte la perspectiva sobre como vives el sonido, ya que no sólo cuentan con la parte de acervo y exposición, sino que también contribuyen en lo académico y profesional a través de cursos y talleres.

Como última parte del ejercicio, pregúntante cuántas personas reconoces por su sonido.
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