Por: Andrea Rendón (@andrearendon__)
Frente a las nuevas propuestas que el Festival ofrece este año después de dar la sorpresa de que jóvenes talentos tendrían sus Óperas Primas y segundas películas en competencia; hemos visto LETO de Kirill Serebrennikov.
Rusia en los años 80´s no era un sitio amigable para los fanáticos del rock y el punk, los jóvenes asistían a los conciertos pero tenían prohibido pararse de sus asientos y replegar pancartas para demostrar su fanatismo a las bandas que tocaban. Así comienza LETO, película biográfica del músico ruso Mike Naumenko (interpretado por Roma Zver) quien fuera uno de los más grandes cantantes de rock en Rusia. Kirill decidió mostrar el lado familiar de Mike y su esposa, además de su convivencia con amigos y el músico Viktor Tsoi (Teo Yoo).
Divertida, un guión irreverente y con humor negro y un personaje bastante peculiar como narrador, nos recordó a un video musical con gráficos punks y canciones que realmente te podrían hacer bailar en medio del Grand Theatre Lumiére.
Filmada en blanco y negro y con muchísimos números musicales de punk y flash backs falsos, es poco convencional para estar compitiendo por la Palma de Oro, ya que ha dividido a la crítica entre quienes si les gustó y quienes no por ser demasiado divertida; pero la verdad, es que muestra una gran apertura de parte de la programación del festival por los jóvenes cineastas que comienzan a alejarse de las historias sociales y de temas políticos para ofrecernos historias auténticas y que generalmente no tienen que ver con una tragedia.
No será la única vez que escuchemos sobre Kirill Serebrennikov en el cine, tendrá un gran futuro en Cannes.
Un comentario sobre “Review Cannes 2018: LETO, un musical escondido en la Selección Oficial”