The Final Cut #MiuMiuWomensTales: Lila Avilés y sus múltiples intersecciones

Entrevista por: Andrea Rendón | @andrearendon__

Introducción y transcripción: María F. Ahumada | @mferahv

Miu Miu Women’s Tales es la intersección entre el cine y la moda. La prestigiosa casa de moda italiana ha dotado a figuras como Zoe Cassavetes y Lucrecia Martel, la libertad de contar historias a través de sus enigmáticas prendas y sus miradas auténticas. Para la edición veinticinco de estos cortometrajes, Lila Avilés, la primera mexicana invitada a esta serie, decidió abrazar sus propias intersecciones; las artes escénicas con su pasión por el cine, la ópera italiana y el arte japonés con la mexicanidad. 

EYE TWO TIMES MOUTH, es la incursión de Lila en el mundo de Miu Miu, después del éxito de su ópera prima “La Camarista” y su próximo largometraje “Tótem” que se estrenará en la Berlinale de este año. Lila ha podido explorar su creatividad y descubrir por medio de su lente, su fascinación por la voz y como encontrar esta tiene un impacto en nuestro camino de vida.

Esta historia sigue a Luz, quien trabaja en una galería, pero sueña verdaderamente en convertirse en una cantante de ópera. Cuando consigue una audición para Madama Butterfly en uno de los teatros principales de la Ciudad de México, junto sus amigos, Lucian y Chío, comienza a prepararse y aprender cómo hacer que su voz y sus manos dancen en una divina geometría. 

Tuvimos la oportunidad de platicar con Lila sobre su incursión al arte, sobre el ser mexicana, la feminidad, Miu Miu y sobre la importancia de encontrar tu voz en el mundo.

Cortesía: Miu Miu

GAF: ¿Cómo fue tu salto de la actuación a la dirección?

LA: Con la actuación empecé desde muy chica, con comerciales y varios proyectos especialmente como forma de ayudar a mis papás; fui ese tipo de espécimen. Luego tuve la oportunidad de viajar y de ser viajera, que son dos cosas muy diferentes; el viajar fue algo que me impactó de una manera muy profunda.  Ya más grande comencé a estudiar actuación, pero me embaracé y eso hizo que tuviera que trabajar en muchísimas cosas; la hice de todo: de asistente dirección, asistente de producción, maquillaje, vestuario, asistente en arte, actriz o sea de todo. Pero algo muy bonito en el teatro fue que por primera vez yo podía ser quien yo quisiera ser. Hay algo del teatro y en la “narraturgia” que quita los estereotipos y fue como “de ahí soy”. 

En teatro estuve mucho tiempo trabajando de asistente de dirección como brazo derecho de una directora que se llama Juliana Faesler, que hace de todo en teatro y en ópera. Fue un proceso muy bonito y ahí tuve la oportunidad de trabajar en mi primera ópera que justamente fue Madama Butterfly (que me tocó profundamente). Luego ya tuve la oportunidad de dirigir otras óperas y eso me dio la oportunidad de entrar a ese mundo que es impresionante; la música es un delirio, un misterio, un enigma maravilloso. 

A pesar de que los procesos en el teatro son preciosos, y que ahora me doy cuenta de que me ayudó mucho a entender el universo tan complejo que es la actuación; sabía que me faltaba algo más.  Ya llevaba varios años queriendo ser cineasta y siempre he sido amante de la fotografía, pero todo el tiempo existía ese estigma de “tú no puedes o tú no estudiaste cine”. Ahí empecé con mi sueño de dirigir y luego vino “La Camarista” que le fue impresionante y pues ese fue el momento en el que dije “ya soy cineasta”, y el cine ha sido el lugar más lindo. Bien se dice que, uno es de de donde se siente parte, y yo me siento parte del cine. Es donde más me siento cómoda, donde más tengo preguntas, donde puedo jugar y me siento muy agradecida. 

GAF: Nos contaste que estuviste ayudando a tus papás con varios trabajos, pero ¿De dónde y cuándo surgió en tu pasión por el arte?

LA: Vengo de una familia en la que absolutamente nadie se dedica a lo artístico, pero yo creo que mi papá siempre fue un señor muy lúdico, un señor atípico a la esencia mexicana. Tiene algo muy especial, porque cuando éramos niños y hacíamos obras de teatro, mi papá las escribía y entre todos los primos nos poníamos a interpretar sketches sobre la familia. Yo siento que desde ahí es que tuve ese ejercicio del juego, porque en la escuela si me tocaba presentar una oratoria, yo ya estaba escribiendo una obra de teatro.

Por eso siento que hay algo muy especial en el cine, ya que es como la unión de todas las artes. Es algo muy holístico porque lo tiene todo. También siento que la época en la que me tocó ser directora, con todo este Women Power (que aún le falta) y yo ya con cierta experiencia fue un muy buen momento para empezar a dirigir. Si hubiera estado más chavita a lo mejor en algunos temas me faltaba madurez, pero yo creo que cuando debe de ser, no importa si uno es arquitecto, cocinera o albañil; a veces el oficio lo dicta el camino.

Cortesía: Miu Miu

GAF: Hablando de Miu Miu Tales ¿Cómo te sentiste al enterarte de esta colaboración y que sientes de formar parte de este grupo de cineastas tan increíble? 

LA: ¡Pues me volví loca! Ya había visto varios de los cortos como el de Mati Diop, Carla Simón, incluso Agnes Varda estuvo incluida. Es un grupo de directoras súper reconocidas en todo el mundo, entonces cuando te llega la invitación, aunque estás en medio del trabajo, uno busca hacerse el tiempo. Me sentí super feliz porque esta gran iniciativa que tiene Miu Miu es una carta abierta como directora de poder decir lo que uno quiera; esa cosa tan sagrada y divina que cada vez más la estamos perdiendo: el tener total creatividad. 

Fue una cuestión de ponerse las pilas y hacer el cortometraje. Este proyecto fue una gran dicha para mí porque me fascina el cortometraje por ser tan libre; tiene menos carga que una película. Una invitación para hacer un cortometraje es para mí algo muy especial ya que viene desde un lugar con más libertad y entonces fluyes de una forma muy bonita.

GAF: Una parte clave de los Miu Miu Tales son las piezas de la marca ¿Cómo fue el proceso de selección de prendas para el cortometraje?

LA: La palabra central en este proceso fue libertad y a veces es bueno tener ciertas acotaciones como lo fue el vestuario. Yo pienso que el tener acotaciones te hace fomentar la creatividad por lo que al final terminé metiendo muchísimas piezas en el corto.

Fue muy lindo ver los vestuarios y como se fundían perfectamente con la historia. Yo como directora buscaba que el vestuario no se sintiera tan por adelante, como me pasa igual con la música; no me gusta que nada sea más que lo otro. Primero vi la gama de colores que eran mis tonos favoritos: verdes, grises, colores muy cercanos a la tierra. Luego de poco a poquito fue meterle esa onda japonesa, que le daba algo más. Y al mismo tiempo, con la historia que ya llevo rato enamorada de la ópera y la voz, fue algo perfecto para construir este cortometraje.

Cortesía: Miu Miu

GAF: Cómo la primera directora mexicana de Miu Miu Tales, muchos pensarían que te hubieras interesado en contar una historia que tenga que ver más con las raíces de México ¿Por qué decidiste mostrar otra propuesta, como lo fue la mezcla entre la cultura japonesa con la mexicana?

LA: A mi algo que me gusta mucho de ser mexicana y de la diversidad es que a veces andamos cargando con el concepto de que México es Frida Kahlo, y no es completamente cierto. México es súper diverso y tiene un montón de abanicos de colores, posibilidades y texturas. Siento que había algo muy bonito en esta historia del personaje de Luz y de que yo quería ferozmente hablar sobre la ópera y justamente esta primera ópera que a mí me sembró muchísimo fue Madama Butterfly y pues todo el trasfondo que hay atrás de él. De la voz y las mariposas como elemento de resurgir y renace. 

Cortesía: Miu Miu

Igual me interesaba mucho el proceso, porque a veces puede ser más importante que el fin, entonces para mí era muy lindo integrar esta locura que es el italiano, con los japones y con lo mexicano. Ahora sí que soy empujadora, con el buen sentido de la palabra, de que uno como creador busque su esencia y no busque el “tengo que ser mexicana” o caer en estos temas. Al final algo muy bonito de los procesos cuando uno dirige son todas las cosas que a uno le llaman la atención. A mí hay algo en el canto que siento que lleva a cualquier persona a su camino, la voz es la es la virtud; sea como cantante que lo hacen de una forma magistral y rigurosa, pero al mismo tiempo uno como individuo encuentra su voz y esa cosa que te apasiona. Yo creo que cada una de las personas tenemos que encontrar esa voz interna y entonces por eso también me interesaba mucho que Luz estuviera en esta galería porque al final su día a día es estar rodeada de artes, pero ella ya trae el arte. Esas son las cosas que me llaman la atención

GAF: En el cortometraje, integras detalles que no estaban escritos en el guion como el personaje que tiene discapacidad visual y la descripción de colores ¿Cómo decides integrar esos elementos a la historia?

LA: El guion lo escribí en un día, para mí un guion es ese primer momentito que, como todo, va evolucionando. Para mí lo que era muy lindo de seguir construyendo este cortometraje es que obviamente yo ya traía ideas como el nombre de los personajes o ciertos principios, pero todo eso cambia cuando hago casting. Ahí es donde voy descubriendo y entendiendo con quién quiero trabajar y en ese momento es cuando realmente se construye la historia; eso me ha pasado en mis tres películas. Empiezo por ahí y luego lo rompo; a veces cuando estoy en edición o sonido voy regresando a esas primeras escrituras. Para mí el guion es como un primer boceto.

En el caso particular de la música y del personaje de Lucho, yo ya conocía a Alan (Pingarrón) y en cuanto me dijo sí puedo, se transforma todo y uno va tomando decisiones. Me gusta que no soy una directora que se engolosina con esas ideas primarias. De pronto cuando uno escribe hay momentos que uno dice “quiero ir a filmar a Timbuktú” y ya cuando empiezas el proceso de pronto te das cuenta de que no lo necesitas y que eso que buscas ya está dentro de la historia. Cómo dice Truffaut “deja que las cosas sucedan”.

Cortesía: Miu Miu

GAF: Con estas tres culturas que incorporaste ¿Crees que la feminidad es algo que cambia con las tres culturas o las une?

LA: Hay algo muy lindo en las texturas mismas y en cómo te queda la ropa, a veces nos puede llegar a pasar que andamos medias tristes y de pronto mi “sweatercito” que me hace sentir tan cómoda y me gusta tanto se convierte en un levantón. Ahora bien, como siempre digo, sí la estructura interna está bien, ya lo demás es un adorno. No podemos ir a la inversa, de estar “dos dos” y querer disfrazarlo. 

Por eso, regresando a la voz, hay algo muy importante y bien salvaje en ella, bien masculino y fuerte que nos permite romper también con ciertos miedos, con dejarte ir y con el fluir. Eso también requiere de mucho rigor, como cualquier historia de caminos; para lograr tener una trascendencia en el oficio que cada uno tenga.

Cortesía: Miu Miu

GAF: ¿Qué consejos les darías a las niñas y jóvenes que están interesadas en contar historias en el cine?

LA: Que sean salvajes, que sean locas, aventadas, dulces, tiernas y bonitas. Que sean flojas, aventureras, risueñas y melancólicas. Que sean entusiastas, respetuosas y amorosas. Que digan no y que digan sí. Que se enamoren y que accionen. Más allá de lo que sea, ahora estamos en el momento en el que las mujeres podemos ser lo que queremos y solo nos falta dar ese paso y accionar. También está bien ser vulnerables y cometer errores, pero que parte de esos errores vienen del moverse y de accionar. Igualmente, que si tienen cualquier curiosidad por cualquier tema, que se avienten al round y que lo hagan sin tener miedo a ser juzgadas. Entonces que solo den un pasito, luego el otro y ya.

GAF: Por último ¿Qué podemos esperar de ti después de este cortometraje y próximamente Tótem?

LA: Estoy en un momento precioso, no hay otra cosa más que agradecer. Me siento en un momento empático donde tengo muchas ganas de seguir escribiendo muchas historias, de seguir dirigiendo. Amo el cine, tengo muchas ganas de seguir y aunque este tema es obviamente profundo, no me quiero tardar tanto entre películas. 

También quiero hacer documentales, me apasiona mucho mi país. Me interesa mucho seguir indagando en las raíces mexicanas desde distintos lugares, porque lo que es muy bello del cine es su diversidad y a mayor diversidad pues mayores puntos de vista. Al final el cine es un espejo. 

Lo precioso de esta iniciativa de Miu Miu Tales es que de alguna forma actúa como empujoncitos y detonadores para que uno tenga este trabajo. Como dice Virginia Woolf “al final hay que tener un cuarto propio”, por lo tanto hay que seguir generando estas historias.

Ve el cortometraje aquí:

Agradecemos infinitamente al equipo de PR y Comunicación de Miu Miu.

Fotografía de portada: Ana Blumenkron

Andrea Rendón

Experience Curator, Directora y Fundadora de Girls at Films

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María F. Ahumada

Amante del cine que por una razón u otra (y un poco influenciada por la Nouvelle Vague) terminó viviendo en Paris. Siempre va a estar en búsqueda de encontrar la belleza en los lugares menos convencionales, encontrar voces nuevas e intentando ponerse al día con su watchlist en Letterboxd.

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