Por: Alejandra Piña | @aletspi
Creo que hago cine
para poder inventarte e inventarme.
O puede que lo haga
porque no quiero morir.
Carla Simón.
Una prosa fílmica para abrazar la ausencia. Es una de las formas que podría describir el recién cortometraje de la directora española. Me remonta al cine documental de Naomi Kawase, donde la memoria cobra vida de manera consciente. Sin embargo, para Simón no solo se trata ahondar en la memoria, sino de ocupar los vacíos de la maternidad a través de la autoficción.

Cuando tenía seis años, Carla Simón perdió a su madre y padre a causa del sida, desde entonces vivió y creció con sus tíos y su prima. En Verano 1993 nos permite entrar a ese mundo nuevo de adaptación, pero también de duelo y dolor ante la pérdida siendo una niña.

Sin duda, su filmografía es una serie narrativa íntima y personal que nos lleva hasta Carta a mi madre para mi hijo, una propuesta que surge a raíz de las fotografías de su madre embarazada de ella.

Recurre a una Súper-8 para rescatar las imágenes, los espacios, las cartas, los paisajes, el sabor de hogar y, como tal, el pasado para que su hijo Manel tenga testimonio de su abuela, de su linaje.
Y en un salto cronológico y cinematográfico del autorretrato a la ficción, Simón se deshace de la Súper-8 para plantarse en ese pasado como proyección hacia un probable futuro: el encuentro de sus padres, la maternidad, la unión simbólica con su madre mientras suena Un cuento para mi niño de Lole Manuel que acompaña con precisión a la cronología del corto y el apaciguador sonido del mar que anuncia la despedida.
Al mismo tiempo, deja sobre la mesa el temor de sembrar en Manel su propio miedo a la ausencia y a la muerte, los mismos que la evocan a dejar una huella que perdure en los colores, las texturas, las flores, los juguetes. Si el cine es la herramienta para llevar al presente la memoria, para inmortalizar lo mortal, Carla Simón siempre lo hará.

Por eso hay un fuego latente en medio de su autoficción, porque es la llama de un hogar al que pareciera que poco perteneció, pero que en realidad fue heredada para ponerla sobre un archivo fílmico familiar que quedará en todos los tiempos presentes para contarse a sí misma.
Carta a mi madre para mi hijo sobre todo es un reflejo de Simón con sus ancestras como recordatorio de que antes de ser madres son seres con duelos y preguntas sin responder, y que también se puede maternar a través de la reconstrucción del recuerdo.
Este cortometraje de la cineasta catalana fue parte de la reciente edición de Women’s Tale, el programa de Miu Miu que busca visibilizar a mujeres directoras. Está disponible en Mubi y en el canal de YouTube de Miu Miu.

Alejandra Piña
Periodista, Publicista y estudiante de Cinematografía. Escribe sobre cine y todo aquello que implique sentir.
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