Por: Jessica Angel | @JessAM_21
Corazón de Mezquite se desarrolla dentro de la comunidad Yoreme, la cual se ubica al norte de México, de acuerdo con la tradición oral del grupo, la palabra mayo significa «la gente de la ribera»; los mayos se reconocen a sí mismos como Yoremes: «el pueblo que respeta la tradición» y justamente la historia nos habla de como las tradiciones pueden evolucionar, la película es protagonizada por una niña llamada Lucía (Mayrin Buitimea), quien sueña con poder tocar el arpa -la mayoría podría pensar que cualquier persona puede tocar el arpa, sin embargo, dentro de la comunidad solo los hombres pueden ejercer esta práctica- ya que, según sus creencias los hombres son guardianes de las tradiciones, por ese motivo solo ellos pueden tocar… Algo que me llama la atención es que desde la antigüedad el arpa se relaciona con la divinidad, es considerada como un instrumento angelical, por ende, como «símbolo», el arpa nos conduce a la elevación espiritual y en la cinta utilizan la música para crecer y sanar.

A través de un lenguaje visual muy poético (con movimientos de cámara muy suaves) y con la aproximación casi de un documental la directora Ana Laura Calderón, logra generar una sensación muy íntima entre la protagonista y los espectadores, pues, desde la muerte de su madre, Lucía quiere alegrar a su papá con música, pero, su padre Fidel (Ianis Guerrero) no se lo permite. Hay un gran desarrollo en la protagonista, podemos entender sus motivaciones y ver su crecimiento, también vemos la importancia de su familia, sus abuelos siempre la apoyan. Las generaciones han cambiado, el rol de la mujer dentro de la sociedad ya no es el mismo, como decía Virginia Woolf : «No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente».

Hoy en día las mujeres y las niñas pueden hacer lo que ellas quieran y de eso se trata el filme de mostrarnos que los sueños se pueden cumplir.
Tráiler : https://youtu.be/7AW9nPq-rq0
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