Por: Julia Iturbe | juliaiturbe_
La imagen se desborda sobre sí misma, su inicio y su fin se muestran en yuxtaposición. En Bliss de Mariana Dianela Torres, se explora la imagen a través del ciclo de vida de la misma, mostrándonos un origen y un desenlace de lo que los ojos han visto, yendo del nacimiento a la saturación.
De la forma en que el Big Bang creó vida pero causó caos, el fuego ilumina las consecuencias de la existencia humana a través de un sin fin de símbolos y retratos de violencia, miedo, dolor y furia; de una forma en la que se sobrepasa la crítica social para encontrarse con la experiencia, es decir: el cortometraje muestra imágenes de nuestra sociedad pero no se queda en un juicio externo a esta, si no que nos sumerge en la narrativa, haciéndonos conscientes de nuestro protagonismo y participación en la misma.

Los colores surgen de la descomposición de la luz blanca. La descomposición de las imágenes en Bliss, evidencia sus pixeles y los re-significa, dándonos la oportunidad de cuestionarnos qué tanto hemos atestiguado y qué tanto hemos sido bombardeados de los íconos que ahora forman el imaginario colectivo del mundo actual.
El diseño sonoro no solo acompaña la narrativa, si no que la intensifica, al punto en que junto con el caos visual se convierte insostenible y casi insoportable, guiándonos hacia la consciencia sobre cómo hemos sido sumergidos en la violencia y el miedo. Mariana Dianela Torres, logra mediante la exploración de los formatos, los colores, los pixeles y la yuxtaposición, una narrativa emocionante pero a la vez desgarradora, que convierte la experiencia propia en colectiva y viceversa, haciendo evidentes las contradicciones de la humanidad y su necesidad sobrepasada del archivo audiovisual. Creando así un cortometraje que descompone de forma paralela la imagen y la sociedad que la crea.

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