Por: Thelma Ruiz | @Thelmarz
Es impresionante la gran cantidad de películas que existen con la misma premisa: vivir el mismo día infinitamente. Hay muchas que valen mucho la pena, sobre todo cuando el tema era innovador, pero las últimas adaptaciones de esta premisa dejan mucho qué desear; sin embargo, Palm Springs (2020) es la excepción. Max Barbakow logró darle un giro fresco en todos los sentidos a algo que creíamos ya había sido contado de todas las maneras posibles.

Las películas que logran desatarse de las reglas preestablecidas son las que, para mí, valen más la pena ver. Palm Springs no sólo rompe las reglas del espacio-tiempo, sin cometer ningún error de lógica, sino que también le da un tinte inesperado a la clásica rom-com hollywoodense. La película no pretende explicar cuestiones de física extraordinarias, y no tiene por qué hacerlo, ya que lo que la hace interesante la manera en la que utiliza la ciencia ficción como un elemento narrativo sin tenerle miedo.

Hoy en día debería ser más fácil encontrar historias de amor que no traten de exactamente lo mismo siempre, sin embargo, siguen siendo menos distribuidas. Muchas de las últimas producciones que se pueden encontrar en plataformas digitales, son repetitivas y suelen contar con una constante falta de criterio y reflexión. Pero en Palm Springs me gustó ver una historia de amor honesta, real, alejada del típico cuento de hadas, en la cual es la mujer quien es lo suficientemente fuerte para esforzarse por salir adelante, en lugar de ser mostrada como una delicada ente efímera quien al final es salvada por el hombre de sus sueños.

Una de las cosas más destacables de la película es el cast. (Siempre es bueno ver a Andy Samberg, sea cual sea la situación) y Samberg, junto a Cristin Milioti crean la química perfecta, además de tener un increíble rango para pasar de ser cómicos a dramáticos en una misma secuencia efectivamente, que con un cast diferente sería difícil tener.
También es destacable el uso del color dentro de la película y su potencial narrativo. Aunque sea un uso sutil, siempre es notable hacer uso del diseño de producción como elemento narrativo dentro del género comercial, a diferencia de su uso frecuente meramente como adorno. El personaje de Andy Samberg, Nyles, es presentado desde un principio vestido de rojo, contrastando con el resto del vestuario y escenografía en colores neutros y desérticos, de tal manera que logra expresar su ausencia en el mundo real. Por igual, Sarah, conforme se aleja de este mundo para vivir en la eterna repetición con Nyles, va cambiando de color hasta crear este mismo contraste con su alrededor, pero nunca llega a una separación del mundo real tan fuerte como la de Nyles.

A pesar de ser una película comercial, cómica y ligera, lo cual no tiene nada de malo, Palm Springs no tiene miedo y toca diferentes temas que este género no toca por lo general, y lo hace de la manera en la que deben ser contados, como cosas completamente normales parte de la vida diaria, a diferencia de ser conflictos de gran tamaño dentro de la trama. Al final del día, estas son las películas que llegarán a más personas y siempre es importante contar con una representación fidedigna e informada de la humanidad. Es por igual un claro ejemplo de que la comedia más valiosa es aquella que no tiene que ofender ni incomodar. El futuro de las comedias románticas es Palm Springs.
Stills: Hulu

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