Por: Valentina Ramírez | @PhilomathGo
Lo que más me gusta de esta película es cuánto me sorprendió. Por eso me encantaría poder hablar de ella sin arruinarle la sorpresa a nadie, pero lamentablemente, es difícil explayarse y mantener un secreto. Cuando la fui a ver no tenía idea de qué trataba, era parte de la cartelera durante el Festival de Cine de Morelia, y fui a verla sólo por eso. Escrita y dirigida por Céline Sciamma, y protagonizada por Noémie Merlant y Adèle Haenel; resultó ser una historia llena de arte, de brujería, y de feminismo, temas que a veces están demasiado infravalorados en el cine más mainstream y, sorprendentemente, trata sobre un amor lésbico.
Retrato de una mujer en llamas es una historia de mujeres. Los pocos hombres que aparecen en pantalla no llegan a tener más de dos diálogos, queda muy claro que esta película no quiere darles importancia a ellos. Sin embargo, hay un hombre importantísimo para la trama, que acecha desde la oscuridad y que nunca llegamos a ver claramente, recordándonos el peso de la sociedad patriarcal, y cómo incluso cuando las mujeres se esfuerzan por encontrar su libertad aislándose del mundo de hombres, éste las encuentra.
Esta profunda historia trata sobre Marianne, una pintora francesa en el siglo XVIII (que cabe mencionar, no era una profesión tan común para las mujeres de aquella época); es contratada para hacer un retrato de Hélöise, una hermosísima joven que acaba de salir del convento, al cual se había unido para poder estudiar y no tener que casarse, y su madre necesita un retrato de ella para poder darla a conocer a su posible prometido. Esta oposición entre los deseos de la hija y de la madre ponen a Marianne en la difícil situación de tener que retratar a Hélöise sin que se dé cuenta. Este secreto hace que su relación se desarrolle sobre una profunda tensión, que se vuelve más y más dolorosa conforme comienza a nacer un vínculo de amor entre ambas.
La visibilización de una pareja lésbica es un acto bastante admirable de esta película, pero no es lo único que hace bien. Técnicamente la película tiene una fotografía muy bella, un diseño de producción que claramente estuvo asesorado por historiadores, y una de mis cosas favoritas: un diseño sonoro genial. La película no tiene un soundtrack, sin embargo, esto no significa que no tenga música. Todas melodías que se escuchan son tocadas o cantadas por los personajes, lo cual hace que el silencio de todas las demás escenas se vuelva más pesado. Luego, este uso de la música se vuelve un elemento narrativo súper potente, ya que la relación entre ambas mujeres se explora a través de su relación con la música.
La película explora además varios temas feministas y hace alusión a la historia de la brujería, pues en una escena se puede ver el famoso ungüento de belladona, una mezcla alucinógena que se asocia con la capacidad de “volar” de las brujas. Las protagonistas están encerradas, únicamente con una sirvienta, en una gran mansión francesa y hablan entre ellas sobre como su vida se desarrolla con la libertad que no tendrían si hubiese un hombre en aquel lugar. Hélöise habla sobre como el convento fue una oportunidad para ella de escapar de todas esas normas sociales, y Marianne, aunque termina siendo el personaje del cual conocemos menos su pasado, habla un poco sobre su vida como artista. La película incluso explora el tema del aborto y lleva a las protagonistas a una reunión de mujeres del pueblo, donde cantan y bailan alrededor de una hoguera. Es una historia de mujeres, que es interrumpida por la sociedad patriarcal, pues no importa qué tan felices sean solas, esa aventura está todo el tiempo bajo la amenaza del futuro prometido de Hélöise.
En total, la película no solo logra visualizar un mundo poco conocido por las audiencias, sino que lo hace de manera interesante, emocionante y profunda. La tensión de cada escena nos va preparando para un clímax tan bello que nos eriza la piel. Es muy triste que esta película se haya estrenado justo cuando comenzó la situación de la pandemia, pero espero que pronto tengamos acceso a ella, ya que es una hermosa película que merece mucha más atención y amor.
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