Por: Brenda Marquezhoyos |@capmaryos
Uno de los propósitos de Girls at Films es visibilizar el trabajo de las mujeres en la industria cinematográfica. En esta ocasión pudimos hablar con Eréndira Núñez Larios, en sus palabras “Una productora emergente” con tan solo 28 años. Es un vistazo a su día a día como productora; sus inicios, logros y pasajes personales. Espero que esta conversación ayude a encontrar un camino a las lectoras. Sí involucrarse en el cine pero también hacer lo que les apasiona, conocer cómo se hace y hasta dónde se puede llegar.

Gaf: ¿Por qué emergente?
Eréndira: Me considero una productora que está empezando; que está encontrando su camino, su estilo y el cine que quiere hacer. Creo que tenía 11 años, al principio yo quería actuación pero no estaba segura. Mi papá me dijo, –te compré esta película, por favor vela y hablamos–. La vi y me cambió la vida, dije –¡Yo quiero hacer esto!– y mi papá estaba un poco preocupado de que yo quisiera ser actriz. Me dijo que habían más cosas en el cine que sólo ser actor; producción, dirección, edición. Me empezó a nombrar todos los aspectos a pesar de que él no hace cine. Me dijo –yo creo que puedes ser productora porque eres mandona, neurótica, ordenada, te encanta tener el control de todo–, y se me quedó grabado.

Siento que no toda mi adolescencia quise hacer cine. Hubieron otras cosas que me llamaron la atención y ya cerca de la Universidad, cuando tenía que escoger mi carrera, me decidí. Así que me metí a estudiar teoría del cine en Francia –un año–, fui muy feliz pero no me gustó lo suficiente o me puso muy nerviosa sólo estudiar cine –por si llegaba a hacer otra cosa–. Me cambié a comunicación en Montreal. Acabando la carrera me vine a vivir a México.
Gaf:¿Por qué decidiste regresar a México?
Eréndira: Lo decidí viendo como iba desarrollándose y creciendo la importancia del cine mexicano afuera. Empecé a sentir mucho el prestigio del cine mexicano conforme me iba involucrando en festivales de cine en Montreal mientras estudiaba. Me di cuenta que algo estaba pasando en México y quería saber qué era, y llevaba tanto tiempo fuera que si quería hacer cine, tenía que hacerlo en mi país.
Gaf: ¿Tú no estás de acuerdo con la gente que dice que no existe cine mexicano de calidad?
Eréndira: Ah no, para nada. Estudiando y demás, me di cuenta que el cine mexicano visto desde afuera es fuertísimo, deja la época de oro del cine mexicano, eso ya fue. Deja también Iñárritu, Cuarón y Del Toro, ahora están Tatiana Huezo, Alejandra Márquez Abella, Michel Franco, Amat Escalante, Fernando Eimbcke. Todos ellos han viajado por el mundo con sus películas. Y me di cuenta que sí, efectivamente, casi siempre en cualquier festival del mundo, por lo menos hay una película mexicana.

Gaf: Al ser realizadora ¿Cómo cambió tu visión como espectadora?
Eréndira: Recuerdo que en mi primer trabajo como asistente de producción, le hablaba a mi mamá muy triste del cansancio, de que ya ni tiempo tenía para ir al cine. Estaba muy frustrada, no podía creer que antes veía 200 o 300 películas al año y de repente solo veía 80 películas al año. Por suerte ya encontré un balance entre mi vida profesional y mi vida personal, puedo ir ya mucho más al cine. Y sí, mi visión cambió muchísimo. Me encanta imaginarme todo lo que hay detrás de las películas que veo, e imaginarme sus presupuestos y problemas. Soy de esas que se queda a ver los créditos hasta el final.
Cuando vi mi primera película como productora en sala me di cuenta que era impresionante el esfuerzo detrás de ella. Con el resultado final que llegó a pantalla, me gustaba pensar en todas las historias que viví durante el rodaje, las escenas que se filmaron y no salieron. Hay tanto que un espectador no sabe, son tantas cosas, que cuando se ve en pantalla puede parecer fácil – es abrumador. Amo mi trabajo.

Gaf: ¿Qué significa tener todo bajo control durante el rodaje?
Eréndira: Uno nunca tiene todo bajo control, pero haces todo para tenerlo. Lo que es increíble del cine, es que siempre se acaba solucionando todo de una forma u otra. Ver el resultado gracias a todo el esfuerzo, vale la pena. No hay un rodaje donde uno, –mínimo– una vez no se la pase mal. Tomas un paso atrás y tratas de resolverlo, te apoyas de mucha gente porque al final es eso, un trabajo en equipo impresionante. No puede haber individualismo en el cine porque si no, no se hace. Tiene que haber mucha confianza también; el director tiene que confiar en el productor; el productor tiene que confiar en todo su equipo.
Gaf: Conforme a tu experiencia ¿Cuáles son las diferencias entre una producción nacional y una internacional?
Eréndira: El año pasado justo hice una nacional seguido por una internacional. Terminando la película de Michel Franco, tuve la suerte de hacer unos servicios de producción de una directora americana que admiro muchísimo. De ambas experiencias aprendí muchísimo. Fue un año muy intenso pero fui la más feliz. Aprendí a trabajar con dos directores, de dos mundos opuestos. Cada director tiene su manera de trabajar, es muy interesante hacer las comparaciones, porque al final es lo que hace su cine tan diferente el uno al otro.

La productora con la que trabajé en el verano; era viernes en la noche y dejaba de contestarme. A mí se me caía el mundo porque yo quería una respuesta inmediata. Soy muy intensa y voy empezando (risas). Sin embargo, para el lunes a las ocho de la mañana ya tenía todas mis dudas resueltas y todo estaba bien. Eso es algo que aprendes con la experiencia, saber elegir qué puede esperar y qué no. Y también aprendí a respetar el tiempo personal de uno, a valorarlo –el mío y el de todos.
Gaf: ¿Alguna vez te imaginaste trabajar con esa directora?
Eréndira: Crecí viendo su cine, admirándola. Jamás pensé que eso fuera a suceder, mis amigas dicen que lo decreté. Será? Y me han dicho muchas veces que trabajar con tus ídolos puede llegar a ser decepcionante. De verdad no lo fue, es mejor no juzgar antes de tiempo.
Gaf: ¿Cómo es la comunicación entre la directora o director y la productora?
Eréndira: En mi caso, la confianza lo es todo. Es una relación muy fuerte, tiene que existir cierto aire de familiaridad porque pasas más tiempo con esa persona que incluso, con tu propia familia. Tienes que saber leerlos (directores), para hablar de ciertas cosas, ya sean buenas o malas. Cuando es el momento de dejarlos y darles espacio, es bastante difícil. Porque la presión del director en un set es impresionante, yo les tengo mucho respeto. No me imagino estar en sus pies pero creo que al mismo tiempo, ellos te ven de la misma forma. Tú eres la que está tratando de hacer que todo esté bien y en marcha.
¿Cuál ha sido tu rodaje más complicado? ¿Alguna vez pensaste que no podías?
Todos los rodajes tienen sus retos y todos tienen cosas increíbles. Y conforme pasa el tiempo voy agarrando mucha más confianza en mí misma.
Mi primera película (Mano de Obra 2019) como productora creo que fue la más complicada, pero que se fue dando poco a poco y estoy muy orgullosa de ella. Fui creciendo al mismo tiempo que la película. La pasada de Michel Franco fue otro reto, con muchas más responsabilidades pero Michel confió y apostó en mí desde el día uno y eso se agradece muchísimo y más cuando uno va empezando. En esa película conocí a Cristina Velasco, también productora. Amé trabajar con ella en esa película. Ella acababa de dar a luz –sí, está cañona– y no hubo un día que no dejará de apoyarme y de estar presente. Yo iba a verla en su casa y mientras ella amamantaba a un bebé y luego al otro, solucionábamos juntas todo lo predecible e impredecible. Ahí es cuando dije, las mujeres pueden con todo y más -no es cliché-. Hicimos muy buen equipo y la próxima película que voy a hacer, será con ella también.

¿Cuál sería el más grande mito del cine?
El cine no es sólo glamour. De hecho, siempre que alguien entra a trabajar conmigo, les digo, si tú venías a trabajar en cine por el glamour, olvídalo. El glamour sólo existe el día de la premiere y veces ni eso porque estás como loco recibiendo a todo el mundo, revisando lista de invitados y dando boletos. No hay glamour.
Al momento de ver tu nombre en los créditos de la película ¿qué significa ese momento?
Es la satisfacción más grande que uno puede tener. Suspiras de felicidad y de paz. Hace unos meses tuve la mejor experiencia. Presentamos Mano de Obra (2019) en San Sebastián, en una sala con mil ochocientas personas. Llegamos Michel –productor–, Dario Yazbek –también productor–, David Zonana –director–, y Hugo –actor–. Íbamos sin expectativas, nerviosos, pero controlado, mentira ahí sí hubo un poco de glamour –¡Por fin!. Era un estreno que esperábamos con muchas ansias, en especial Hugo porque él no la había visto. Tuve la suerte de que fuera toda mi familia, –mis hermanos y mis papás–, al ser mi primer crédito como productora, todo querían ser parte de esta experiencia. Cuando comenzaron a salir los créditos con los nombres, y sale el mío… Mis papás gritaron. Fue cuando me cayó el veinte y dije ¡Hice algo chingón! Le aposté a algo que en verdad salió bien, elegí bien mi profesión.
¿Cuándo sale?
Mano de Obra sale en Marzo de este año.
Ante los hechos de rodaje, ¿Cuál sería el kit de supervivencia de Ere?
Crema de ojos (risas). Siempre estoy muy agobiada porque siento que este trabajo me va arrugar. Además no hay nada peor que llegar a un set y que te te digan –Te ves muy cansada– ¿Qué esperaban? Siempre traigo desinfectante de lavanda –que a la vez relaja–, termo de café –no puedo vivir sin café– y saber que mis amigas (brujas) están en WhatsApp todo el tiempo; todas nos dedicamos a lo mismo y entre nosotras nos apoyamos constantemente. Somos un grupo de apoyo, amor, tarot y aceites medicinales.
Entonces ¿Cómo es tu vida personal fuera de la industria?
Muchos conciertos, muchos. Ir al cine siempre que puedo, ver a mis sobrinos, a mi papá y a mis amigos. Aprovechar al máximo esos tiempos “muertos” para dedicarme a mí.
Gaf: Más que suerte, ¿puede ser que encontraste tu vocación desde muy chica?
Eréndira: El cine es de esos trabajos en los que la gente está porque realmente quiere estar. Siento, –de lo que he visto–, que todos los que nos dedicamos al cine tenemos esa pasión de querer hacerlo, porque no es fácil. Te rodeas de mucha gente apasionada, creativa y talentosa. Me siento muy afortunada de dedicarme a esto y de querer seguir aquí.

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