Por: Jessica Angel | @JessAM_21
En el mundo capitalista en el que vivimos parece que es un requisito casi obligatorio ser “joven” o de lo contrario el sistema te hace invisible y esto se nota más en las mujeres de la tercera edad, debido a que son quiénes van quedando olvidadas y por desgracia México es un lugar con una gran violencia hacia el género femenino (las cifras muestran que diario hay feminicidios).
Dicho esto, poco se habla de la soledad en la que habitan la mayoría de mujeres mayores, en el cine casi nunca vemos a una mujer “mayor” como protagonista y eso es lo que más me gustó de “No quiero ser polvo” del director Iván Löwenberg.

La película está basada en una historia real y es protagonizada por Bego (Bego Sainz, mamá del director) está en una crisis, su vida ha caído en la monotonía y nada parece tener sentido, para su esposo (Eduardo Azuri) e hijo (Iván Löwenberg) ella no importa para nada. En mi opinión, no se valora el trabajo de una ama de casa lo suficiente, Bego se ha dedicado únicamente a su familia y se ha olvidado de ella.

Entonces, cuando estás tan sola, vulnerable y te sientes perdida el fin del mundo parece ser un buen plan, pues en su clase de meditación —que es en realidad una secta de la corriente new age— la convencen del fin del mundo y de la llegada de los días de oscuridad a la Tierra. Desde ese momento su vida cambia y toma un sentido diferente, Bego se aferra a eso porque necesita creer en algo, resulta paradójico esperar un final para comenzar a vivir y para por fin exigirle a su familia atención.
Aunque el filme hace una crítica hacia estos cultos que manipulan a las personas más vulnerables para robarles dinero y hace énfasis en las mujeres mayores por ser más propensas a caer en este tipo de cultos donde las hacen sentir queridas y relevantes, en el caso de Bego podemos ver realmente un cambio en su vida ya que únicamente buscaba ser parte de un grupo y no sentirse invisible.

No quiero ser polvo es una propuesta diferente en el cine mexicano, es una película con poco presupuesto, pero, con mucho corazón y actualmente se puede ver en varios circuitos alternativos de exhibición.









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