Film Review #Cannes2023: Carta de amor a un artista – Anselm de Wim Wenders

Por: María F. Ahumada | @mferahv

Este pasado Festival de Cannes, Wim Wenders presentó sus últimas obras cinematográficas Anselm y Perfect Days en la Croissette. Este director, que no es extraño al festival ha ganado anteriormente la Palme d’Or por Paris, Texas en 1984 y Mejor director por Wings of Desire en 1987. Las propuestas de Wenders de este año encapsulan su esencia como director; por un lado, Perfect Days nos da una visión naturalista y emotiva de la condición humana y con Anselm, Wim nos otorga una mirada creativa y contemplativa hacia la vida de un artista.

Anselm explora la vida del pintor alemán Anselm Kiefer. Este último documental de Wenders, que fue presentado como una experiencia cinematográfica más allá que una película, no erra en esta definición ya que logra envolver todos nuestros sentidos con el uso más fino e innovador del 3D ayudado por la impecable cinematografía de su colaborador Frank Lustig. Esta tecnología no es nueva para Wenders quien hizo uso de esta notablemente en su documental Pina sobre la vida de la bailarina y coreógrafa Pina Bausch. 

Por medio de una combinación de medios, una narración envolvente e imágenes poderosas nos presenta la obra de Anselm Kiefer de una forma que difiere del documental tradicional. No contamos con un exceso de entrevistas o un superfluo de imágenes de stock; si no hace un cóctel impecable de los elementos tradicionales, mencionados anteriormente, del documental con elementos más plástico que nos permiten conocer y adentrarnos en la vida del artista por medio de sus inspiraciones, obras e instalaciones. Al mirar al pasado y a los inicios de este artista alemán, Wenders decide ejecutar recreaciones con tonos oníricos de la infancia del artista, mostrando una vez más en el medio de un documental su exquisita dirección actoral. Estas escenas del pasado se convierten igualmente en un asunto familiar para Wim ya que su sobrino nieto interpreta a Kiefer en su infancia en varias escenas impactantes que cuentan con ciertos toques de plasticidad (el hijo de Kiefer incluso participa en estas dinámicas al representar una versión joven de su padre).

Un Kiefer ficticio y del pasado no es la única representación del artista que Anselm nos presenta; Wim retrata a Anselm Kiefer como artista, en su hábitat más natural y fiel a su oficio en su estudio de arte. La decisión de Wenders de mostrarnos a Kiefer perdiéndose en su trabajo y coexistiendo en su espacio de creación, es un contraste muy acertado con las recreaciones dramatizadas de la vida del artista.

Como todo documental de Wim, Anselm es el resultado de la adoración del cineasta hacia un artista y otra carta de amor dentro de sus múltiples “correspondencias” a figuras que van desde diseñadores, arquitectos, coreógrafos e incluso figuras religiosas. Esta adoración es palpable en cada cuadro de Anselm, ya que se nota esta dicha admiración en la forma en la que le presenta a la audiencia la obra de Kiefer; de una forma cuidada, meticulosa e imparcial que no busca convertirnos en fans de éste, si no busca honrar el trabajo de su sujeto de la manera más estimulante y sensorial en lo material, poniendo en múltiples ocasiones sus piezas como protagonistas. Una de las secuencias más poderosas de este documental es la secuencia de inicio donde vemos una serie de maniquís con elegantes vestidos que se involucran en un diálogo hipnotizante. Una imagen sin movimientos extremos o incluso despersonalizada logra transmitir una fuerte impresión en la audiencia ya que nos absorbe en la psique y visión del artista (efecto magnificado por el 3D) y sirve como perfecta introducción para entender la dirección por la cual Wenders nos llevará a lo largo del documental.

Uno de los temas centrales de las obras de Kiefer que el documental decide destacar es la remembranza, los recuerdos de un país y como una identidad nacional puede poseer momentos de oscuridad y luz, en una dualidad que la historia contemporánea decide omitir u olvidar para evitar revivir los errores del pasado. Wim es muy cuidadoso con esto ya que transmite la identidad nacional alemana que vive en el trabajo de Kiefer de una forma muy empática e incluso cercana ya que tanto Wenders como Kiefer crecieron en una Alemania postguerra. Wenders decide destacar esta dualidad al incorporar las inspiraciones de Kiefer en cuentos tradicionales del folklor alemán, pero también mostrando la parte más polémica de la vida del artista que es la integración del pasado Nazi de este país europeo.

En el mundo del arte, Kiefer es considerado polémico al ser clasificado por algunos como Neonazi e incluso criticado por hacer el saludo Nazi en diferentes entornos. Wenders decide romper con esta reputación de una manera sumamente sensible al explotar la tesis de Kiefer y explicarle a la audiencia la conjunción de un país que ha decidido darle la espalda a su oscuro pasado con los orígenes y símbolos que lo han formado. Se une al lema de Kiefer sobre ver la realidad, tan cruda como pueda ser, para seguir adelante; su lente, sigue este ideal. Wenders no intenta sobre analizar esta visión ni busca darnos una complicada interpretación de las obras; dejándolas existir por si mismas siempre conscientes del contexto e historia del artista; poniendo al arte como el gran protagonista y narrador, más allá del mismo artista.

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María F. Ahumada

Amante del cine que por una razón u otra (y un poco influenciada por la Nouvelle Vague) terminó viviendo en Paris. Siempre va a estar en búsqueda de encontrar la belleza en los lugares menos convencionales, encontrar voces nuevas e intentando ponerse al día con su watchlist en Letterboxd.


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