Por: Valentina Ramírez
Para esta segunda entrada del Film Diary vimos algunas películas extremadamente conmovedoras, tanto por lo que pasa dentro como fuera de los films. La selección de este año del festival quizás pueda parecer ser más autoral, independiente o desconocida pero, justo por eso, nos ha dado la oportunidad de conocer perspectivas fílmicas que normalmente habríamos pasado por alto en favor de un cine más hollywoodense. Aunque no todo lo que hemos visto hasta ahora toma una postura política, han sido películas que nos recuerdan la capacidad de reflexión que sólo se puede llevar a cabo por medio del cine.
El diablo fuma (y guarda las cabezas de cerillos quemados en la misma caja)
La película de Erntesto Martínez Bucio nos muestra a cinco hermanos que esperan junto con su abuela a que sus padres regresen luego de que su madre desaparece y su padre se marcha para buscarla. Entre los miedos de la abuela esquizofrénica y las distintas crisis, preocupaciones, y necesidades que cada uno de los niños con sus distintas edades tiene, se apoyan mutuamente en sus cuidados. La película es conmovedora y dinámica, y se sitúa desde la perspectiva de unos niños que entienden mucho y al mismo tiempo demasiado poco sobre la situación que están viviendo. En general es una gran película, pero quizás se detiene demasiado pronto a la hora de explorar las dificultades de los padres, pues al mostrar su dilema de formas implícitas desaprovecha la oportunidad de hablar sobre la nostalgia que provoca perder a un cuidador o los dramas sociales que les llevan a desaparecer.

Soy Frankelda
El primer largometraje de Stop Motion producido en México, hecho en México y lleno de inspiración mexicana. El logro fílmico de la película de los hermanos Ambriz representó una oleada de esperanza e inspiración para el público joven que vio el estreno de la película y se podía sentir el entusiasmo por contar sus propias historias, un tema conmovedor presente en la misma película.
Francisca Imelda es una joven escritora descrita por los directores como una “Mary Shelly mexicana” que en su deseo de contar historias se enfrenta a los obstáculos de un mundo que no le permite seguir sus sueños; sólo para descubrir que hay un mundo paralelo donde monstruos, inventos y fantasías son reales y necesitan su ayuda para sobrevivir. La película está llena de referencias, desde las visuales como las pinturas de Remedios Varo, Leonora Carrington, o Frida Khalo, escenarios reminiscentes de Tim Burton y del estudio Laika, y referencias narrativas a diversos autores de fantasía y horror.
Aunque la construcción del mundo puede llegar a sentirse un poco cargada con sus distintos clanes, implicaciones de sistemas de magia complejos, y mitologías originales, las ideas emotivas y profundas detrás del proyecto sobresalen. La película es emocionante como logro de producción pero también conmovedora como historia, y abre la puerta a un mundo de animaciones mexicanas nuevas y llenas de inspiración.

Kiss of the Spider Woman
También vimos la adaptación por Bill Condon del musical clásico, que a su vez está basado en la novela de Manuel Puig, protagonizado por Jennifer López, Diego Luna y Tonatiuh Elizarraraz. Cuenta la historia de dos prisioneros durante la dictadura argentina: Valentín Arregui, un revolucionario arrestado por conspirar contra el gobierno, y Luis Molina, vendedor en una tienda departamental arrestado por indecencia pública por su orientación sexual. En prisión, la conversación teórica y conceptual del revolucionario se pone en tensión con las ideas frívolas y aparentemente cursis del vendedor, quien comienza a relatar de memoria su película favorita, un musical fantástico, en tecnicolor, lleno de romance, acción y valentía.
Ante una curaduría llena de películas compuestas por material de archivo, cuestionamientos sobre la guerra y su relación con los medios de comunicación, además de reflexiones en torno a aquello que queda fuera de cuadro; El beso de la mujer araña encaja perfectamente proponiendo una visión romántica sobre la revolución y una reflexión profunda sobre el glamour, invitándonos a revalorar el poder de historias aparentemente triviales ante el dolor de la realidad.
Aunque la interpretación musical de JLo destaca, y la actuación de Diego Luna es conmovedora, ambos se quedan un poco cortos en el departamento que el otro domina, y en cambio es Tonatiuh el que cruza el puente entre ambos de manera espectacular.

Nuestra tierra
El documental de Lucrecia Martel fue la última película que vimos el día domingo, y la potencia con la que impactó al público fue imperdible. Retrata el conflicto entre un grupo de terratenientes y una comunidad indígena en Argentina, que además de mantener una disputa por la propiedad de la tierra se enfrentan en un juicio por el asesinato de uno de los comuneros. El equipo de Martel hizo registro del juicio real conforme se iba llevando a cabo, además de hacer todo un trabajo de investigación del archivo familiar fotográfico y recuento historiográfico de la comunidad indígena Chuschagasta. La película captura la presencia, objetiva e innegable, de un pueblo tachado como inexistente por el gobierno y aquellos que quieren aprovecharse de su ausencia para quedarse con sus tierras.
El juicio como hilo conductor de la película llena las escenas de suspenso y un deseo casi nervioso por querer saber la resolución. Entre una y otra de las escenas del tribunal vemos entrevistas, fotografías, y tomas de la comunidad viviendo su vida más allá de la confrontación con los terratenientes, de manera que la experiencia vivida y situada de esta comunidad se va construyendo casi como un contra-argumento legal que aparece para retar el discurso que insiste en invisiblizarlos ante la ley.

El guardián
La película de Nuria Ibañez juega entre las fronteras entre ficción y documental al contar la historia de Basilio, el cuidador de una playa aparentemente privada y desolada en Baja California. Inspirada en un documental hecho en la misma localidad, sobre las mismas personas, y las mismas situaciones, esta ficción incorpora a muchos de los involucrados en la vida real pero ahora interpretando una versión ficcionalizada de sí mismos, destacando en particular Basilio Moncada, protagonista de la historia.
Aunque el dueño de la playa le ordena a Basilio protegerla, la relación entre la comunidad que vive cerca de ahí, Basilio y los turistas comienza a amargarse. Los vecinos dependen de la pesca, pero los animales de la zona están en peligro de extinción por lo que es ilegal capturarlos. Dentro de este contexto, Basilio se encuentra en la encrucijada entre hacer lo que la comunidad quiere que haga, y lo que él considera correcto.

The voice of Hind Rahab
Esta ha sido una de las películas más dolorosas del festival para muchos. Una dramatización de los hechos reales que vivieron los trabajadores de la Media Luna Roja que atendían llamadas de emergencia en Gaza. Hind, una niña de 6 años, llama por teléfono al número que controla las ambulancias después de que ella y su familia reciben un ataque del ejército israeili, el cual mata a los tíos y primos de la pequeña. Pero los voluntarios de la Media Luna no son capaces de enviar a ningún rescatista a menos que se lleve a cabo un acuerdo entre las múltiples partes involucradas en la burocracia militar. Un rescate que debería de tomar 10 minutos se convierte en un proceso de horas, tortuoso, agotador e insoportable, ya que ante cada avance y ante cada llamado de ayuda de la niña se encuentran con nuevos obstáculos derivados de la burocratización de la violencia. Las voces que escuchamos en las llamadas telefónicas del film son reales, pero las escenas al interior de la Media Luna Roja son dramatizaciones que completan la imagen de lo que se vivía en las oficinas de los rescatistas. Sin embargo, nunca vemos una dramatización de lo que vive la niña. No hace falta, su voz es suficiente para sacudirnos.
Al final de la función en el Festival Internacional de Cine de Morelia, la sala entera estaba en silencio escepto por algunos sollozos, silencio que sólo se quebró cuando los asistentes comenzaron a gritar consignas en pro del pueblo Palestino.










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