Por: Jessica Angel | @JessAM_21
Macdo es una propuesta cautivadora y un debut de dirección prometedor.
La directora Racornelia, retrata la cena de Navidad de una familia mexicana que, en la superficie, parece perfecta. Pero, conforme avanza el tiempo, el ambiente se va llenando de contrastes: hay de todo menos la paz que, irónicamente, se promueve en esas fechas.
Con una estética que remite al videohome y al uso de cámara en mano, la directora construye un retrato íntimo y cercano.
Pero, más allá de lo evidente, ¿qué representa la cena de Navidad? ¿El esfuerzo por convivir con una familia que no ves durante el resto del año? ¿Fingir que todo está bien, aunque no lo esté?
La cinta rompe con el arquetipo de la familia mexicana ideal, tan promovido por las telenovelas. Hay un diálogo especialmente potente cuando Alejandro (Joaquín del Paso) le dice a su esposa: “Cediste parte de tu libertad a tu familia y a tu esposo.”
Esta frase, dicha casi con naturalidad, revela cómo la violencia verbal y el machismo están profundamente normalizados. Muchas veces no alcanzamos a ver lo que sucede detrás de la imagen de una familia “perfecta”, y hay mujeres que sufren en silencio, atrapadas en dinámicas violentas que se disfrazan de tradición o compromiso.
Detrás de esa fachada hay una pareja marcada por la violencia familiar, un hombre misógino y dos hermanos en conflicto.
Lo más inquietante es cómo se normaliza la violencia: al vivir en un entorno hostil, es difícil identificar lo que estás experimentando.
La película también aborda el abuso sexual infantil, especialmente cuando ocurre dentro del mismo círculo cercano y eso es lo que da más miedo.
La cámara se mueve en una danza constante con los personajes, generando una conexión intensa y viva con el espectador. Es toda una experiencia ver la película.
Sin duda, MACDO demuestra que se puede hacer cine con pocos recursos, pero con una gran carga emocional.
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