Por: Jimena Luna
Hay películas que no solo se miran: se atraviesan. Les Invertueuses, primer largometraje de ficción de Chloé Aïcha Boro, es una de esas obras que se instalan en la piel. Una historia mínima que respira dentro de un contexto brutal —Burkina Faso en plena guerra civil, con el avance yihadista apoderándose del territorio—, pero donde el foco está en lo más íntimo: una abuela y su nieta unidas por la sangre, el deseo y la necesidad de existir fuera de las normas.

Natie, adolescente inquieta y sensible, empieza a sospechar que su abuela Mamie Aba guarda un secreto. Al descubrir rastros de un amor prohibido en su pasado —una historia escondida, imposible y no vivida— Natie siente la urgencia de reparar lo que el tiempo y la tradición le arrebataron. A partir de ahí, su gesto se vuelve tan tierno como subversivo: acompañarla para que pueda finalmente vivir esa historia que le fue negada.
De ese vínculo nace el corazón de la película: una alianza intergeneracional donde las jerarquías afectivas se invierten. Son las nietas quienes enseñan a las abuelas a amar, a desobedecer, a reconocerse.

Al mismo tiempo, Les Invertueuses retrata a Natie en su búsqueda de identidad, enfrentando las expectativas que la sociedad intenta imponerle. Esa combinación de ternura y rebeldía crea un relato profundo y conmovedor.
Pocas veces el cine muestra el amor en personas mayores con tanta dignidad y delicadeza. En una escena de gran intensidad emocional, Mamie Yaaba se encuentra por primera vez de manera íntima con el hombre que siempre amó. La cámara capta la fuerza de su deseo, el reconocimiento mutuo y la cercanía de sus cuerpos con respeto y autenticidad, recordándonos que el amor y el deseo no tienen edad, y que las personas mayores también tienen derecho a vivirlos plenamente.

A pesar de tratar un tema que se suele asociar con lo “lindo”, no esquiva la crudeza del contexto: la guerra, la violencia cotidiana y el peligro constante laten en cada escena. La música acompaña y amplifica esa intensidad, envolviendo al espectador en los momentos íntimos y en la tensión del entorno.

El filme deja un nudo en la garganta: golpea, conmueve y permanece, incluso cuando los instantes de ternura parecen calmar el caos.
Les Invertueuses no es solo una película sobre mujeres en guerra, sino sobre el poder de amar en medio del caos, de reconocerse en el otro y de reclamar el derecho a sentir. Una pequeña joya nacida del silencio, que se atreve a hablar.
Imprescindible.









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