Film Review: Bridget Jones – Mad About the Boy

Por: Lily Droeven | @lilydroeven

Hace casi 25 años se estrenó en los cines Bridget Jones’s Diary (2001) dirigida por Sharon McGuire, cuya protagonista Bridget Jones (Renée Zellweger), una mujer en sus 30s se enfrentaba a las presiones sociales en cuanto a su soltería, su peso, su edad, así como su crecimiento en el campo profesional y la búsqueda del amor entre dos pretendientes, el de su jefe Daniel Cleaver (Hugh Grant) y el abogado Mark Darcy (Colin Firth), quien finalmente sería el elegido. Además, decide empezar a plasmar sus más profundos pensamientos, metas y los hechos más importantes que marcaban su vida en un diario personal.

La cinta aborda temas con los que las mujeres somos cuestionadas hasta la fecha, tanto por nuestra familia como por conocidos, como el peso y la soltería a la edad de treinta y tantos, pero la protagonista logra enfrentarlos tomando el control de su vida. Esto le valió convertirse en la romcom favorita de principios de los dosmiles siguiendo la fórmula y manteniendo la esencia de las chick flicks de finales los ochentas y noventas convirtiendo al personaje de Bridget Jones en un icono generacional. Además, la película es una adaptación de la novela homónima escrita por Helen Fielding que a su vez es un retelling moderno de la obra Pride and Prejudice de Jane Austen y hasta la fecha es considerada la mejor novela contemporánea reimaginada de ese clásico literario. Asimismo, la autora incluye sus experiencias personales en las historias, por lo que podríamos decir que Bridget es en sí un reflejo de la vida de Fielding, aportándole al personaje un toque de realismo, por lo que muchas mujeres nos sentimos identificadas con ella.

Cabe mencionar que Fielding ha estado presente como co-escritora en el guion de las cuatro películas y ha sido productora ejecutiva de tres de ellas. Tanto el libro como la película tuvieron otras tres continuaciones que seguían la vida de Bridget y la última adaptación cinematográfica llamada Bridget Jones: Mad About the Boy se estrenó en los cines mexicanos el pasado 13 de febrero.

Han pasado cuatro años desde que Mark Darcy falleció y ahora Bridget se ha encargado del cuidado de sus dos hijos, Billy y Mabel que están en edad escolar. A pesar de ser madre de tiempo completo trabaja desde casa como guionista y sus amigos le ayudan con el cuidado de los niños. Cuando asiste a una celebración de cumpleaños de Mark en el que le rinden homenaje, Bridget pasa por momentos incómodos al ser cuestionada por su soledad y es presionada para que vuelva a tener un nuevo interés amoroso, ya que según ellos es tiempo de que vuelva a rehacer su vida. Ante esto, Bridget se siente frustrada, puesto que ella siente que primero necesita retomar el control de sus emociones y poner en orden su vida personal y profesional, sobretodo por Billy y Mabel. Finalmente, parece tomar la decisión de salir adelante, contrata a una niñera y regresa al trabajo presencial. Para probar suerte en el amor descarga una app de citas.

Durante un paseo con sus hijos Bridget conoce a Roxster (Leo Woodall) un joven veinte años más joven que a primera vista le resulta bastante atractivo y parecen tener una conexión inmediata. Poco a poco comienzan a platicar por mensajes de texto y tienen su primera cita. A pesar de las convivencias y momentos que pasa con Roxster, no lo llegamos a conocer a profundidad y se vuelve notable la molestia de Billy ante la constante presencia del joven, algo que Bridget parece no darse cuenta. El sueño de Bridget de haber encontrado el amor nuevamente parece derrumbarse dando lugar a la incertidumbre tras una confesión de Roxster y los sentimientos que tenía hacia él cambian, por lo que Bridget tendrá que tomar una decisión en cuanto al futuro de su relación.

Pero hay un segundo personaje que aparece como contraparte a Roxster y posible interés amoroso de Bridget, Scott Walliker (Chiwetel Ejiofor) el profesor de la clase de ciencias de Billy y cercano a la edad de Bridget, con quien continuamente tiene pequeños desacuerdos y se aparece ante ella en los momentos más inoportunos en los que siempre termina sintiéndose avergonzada ante su presencia. Scott es un hombre bastante serio y dedicado a su trabajo en la escuela, lo que de inmediato hace recordar a la audiencia cómo era el personaje de Mark con Bridget cuando lo conocíamos en la primera película, resultando como el opuesto perfecto a Roxster.

En esta cuarta historia se explora una nueva faceta de la protagonista como madre viuda de dos hijos pequeños mientras supera el duelo, retoma la vida profesional, vuelve al mundo de las citas demostrando que las mujeres pueden ser capaces de mantener su personalidad, el sentido del humor, se vuelven a enamorar y siguen disfrutando de su sexualidad, así como la manera en que ven el mundo mientras envejecen, rehuyendo de los discursos anticuados de que a medida que las mujeres envejecen deben ser más serias y conservadoras, en especial si son viudas. Además, Bridget sigue manteniendo las mismas amistades de hace más de dos décadas y tiene una buena relación, aunque un poco más madura, con Daniel Cleaver con quién continúa teniendo conversaciones picantes, pero trazando cierta distancia entre ambos y en el que prevalece el apoyo mutuo.

El largometraje que ahora cuenta con la dirección de Michael Morris y que previamente fuera dirigido por Sharon Maguire y Beeban Kidron, logra mantener el mismo sentido del humor y la esencia de las tres entregas anteriores, pero en esta ocasión Morris le hace un homenaje al primer largometraje a través de referencias o citas visuales que van desde planos, la aparición de ciertos objetos, diálogos breves y momentos que nos remontan a la nostalgia de Bridget Jones’s Diary. De una manera breve le hace un homenaje a Pride and Prejudice, la miniserie de 1995 creada por Simon Langton. Tanto el trabajo de dirección como el guion que Helen Fielding coescribió junto con Abi Morgan y Dan Mazer crean una atmósfera relajada y divertida.

La presencia en escena de Renée Zellweger es maravillosa y una vez más brilla al interpretar a Bridget mientras nos ofrece una nueva exploración de su personaje que vuelve a vivir logros, alegrías y frustraciones al proyectar las realidades que vivimos y sentimos las mujeres aunque con momentos que nos permiten pasar un rato divertido y agradable en el que nos demuestra que se puede salir adelante contando con el apoyo de las amistades incondicionales y que la aparición de un nuevo amor es posible a cualquier edad, por lo que en esta cuarta película Bridget Jones nos recuerda porque es y será –junto a sus otras películas– una de las mejores comfort movies y romcoms del cine contemporáneo.