Por: Natalia Albin | @_nataliaalbin
Si hay algo que A24 sabe hacer bien, es trabajar con directores de género, y Rose Glass no es una excepción. «Love Lies Bleeding», su segunda película tras el clásico instantáneo «Saint Maud», se siente como algo familiar pero fresco, una historia que resuena con nuestra generación. Esto se debe no solo a Kristen Stewart, quien sin esfuerzo carga la película con su característico estilo natural, sino también a los visuales impactantes y giros impredecibles que, contra todo pronóstico, funcionan.
Stewart interpreta a Lou, una mujer que trabaja en un gimnasio rodeada de personajes poco deseables. Desde la obsesiva Daisy (Anna Baryshnikov), cuya inocencia contrasta con sus inquietantes intentos de seducción, hasta los hombres cuya obsesión por sus músculos resulta terrorífica. Todo cambia cuando entra en escena Jackie, interpretada por Katy O’Brian, quien, a pesar de haber dormido bajo un puente, contrasta totalmente con el resto del pueblo – es limpia, preparada y resplandeciente, con una única meta en mente: ganar un concurso de culturismo en Las Vegas.
Cuando Lou y Jackie se conocen, la atracción es mutua y, después de una violenta interrupción por parte de los hombres del gimnasio, pasan la noche juntas. Al día siguiente, Jackie se muda a vivir con Lou. Algunas críticas han señalado que la relación entre ellas no está suficientemente desarrollada para creer en este romance. Sin embargo, este es precisamente el punto del absurdo en «Love Lies Bleeding»: su amor inicial está basado puramente en la atracción física. Las escenas entre ambas están cargadas de pasión, y es en este fervor donde pierden completamente la razón, siguiéndose mutuamente en cada error y protegiéndose en cada locura que cometen.
El padre de Lou, Lou Sr. (Ed Harris), es el patriarca del pueblo, controlando la economía y, crucialmente, a la policía. Los traumas de Lou con su padre la mantienen paralizada, negándose a abandonar el pueblo para proteger a su hermana de un matrimonio abusivo. Lou se ha convertido en la cuidadora, limpiando los desastres de los demás como su padre le enseñó a limpiar los suyos. Y con Jackie no es diferente: si quiere huevos, ella llena el refrigerador de huevos; si quiere ganar en Las Vegas, Lou le consigue esteroides; si comete un crimen, Lou la ayuda a deshacerse del cuerpo. Son cosas de novias.
Con dos protagonistas que tienen una química y presencia similares, con O’Brian irradiando en su literal grandeza y Stewart obligando a la cámara a verla sin importar sus sutilezas, Rose Glass aprovecha al máximo su elenco, permitiendo que ellas se conviertan en el centro de la película. En sus miradas de deseo, estrés y locura se encuentran los momentos de comedia. De hecho, es cuando Glass saca a las protagonistas de la narrativa para crear situaciones surreales, es donde la película pierde un poco el rumbo.
Son pocas las veces que vemos películas que claramente se convertirán en clásicos de culto. “Love Lies Bleeding» no es para todos, con su gore y sus tensiones, pero se destaca como una joya inquietante en el catálogo de A24 y estoy segura que se ganará un lugar en la memoria de los cinéfilos como una película de culto contemporáneo.
Natalia Albin
Es una escritora y emprendedora mexicana viviendo en Londres. Sus escritos generalmente examinan las conexiones entre justicia social, inmigración y feminismos con cine, arte y cultura.
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