Film Review #GFF2024: Is There Any Place for Me, Please? – La línea entre la esperanza y la tragedia

Por: Natalia Albin | @_nataliaalbin

Is There Any Place for Me, Please? empieza de una manera tanto familiar como contrastante: la rutina de Martina Izingová al despertar. En la era de rutinas idealizadas en TikTok, YouTube, reels o tu medio de preferencia, encontramos el contraste en las cotidianidades: ponerse una máscara para proteger quemaduras en su cara, tomar su bastón de asistencia para la ceguera, ponerse guantes protectores, vestirse lentamente al re-acostumbrarse a un cuerpo que no es del todo suyo. 

Martina tenía 25 años cuando su ex-novio la atacó con ácido, causándole quemaduras de tercer grado en todo su cuerpo, efectivamente dejándola ciega. Mientras vemos su rutina post-ataque, nos cuenta de la última mañana antes de que cambiara su vida. Un recuerdo que es tan vívido como borroso, son momentos que tiene que revivir en cada chequeo médico, en cada historia que cuenta y cada respuesta a las preguntas sobre su apariencia. “Había estado pensando en qué ponerme esa mañana, creo que me había cambiado dos veces,cCaminé al coche, que estaba estacionado enfrente. Puse mi bolsa en el asiento de al lado y abrí la puerta. Fue un instante: mi cara, mis manos y mis pies estaban cubiertos. Me empecé a sentir muy enferma, todo me quemaba. Fue inimaginable […] recuerdo la ambulancia y el dolor.” 

Bajo la dirección de Jarmila Štuková, este documental checo traza la recuperación de Martina a través de momentos tan cotidianos que si no fuera por las extremas circunstancias, parecería una vida mundana. Prácticamente hay intervenciones de Štuková, incluso las entrevistas a cámara son grabadas por Martina misma, dando aún más la impresión de estar viendo una vida cotidiana. 

Martina se preocupa por su vida romántica, platicando de sus inseguridades exacerbadas por las quemaduras en su cara, se estresa por pruebas profesionales, quiere un trabajo del que pueda estar orgullosa. Yuxtaponer estas preocupaciones tan universales con la vida de Martina es un cubetazo de agua fría – hace que los problemas del espectador, aunque sean los mismos, se sientan triviales. Especialmente cuando la mayor preocupación de Martina, sobre todo lo universal, es encontrar una manera de volver a ver. 

Tal vez la mundanidad también es representativa de que los ataques de ácido son cada vez más comunes. El país con números más altos registrados, Reino Unido, reporta que los ataques de ácido han subido un 69% y según Acid Survivors Trust International, el 80% de las víctimas son mujeres. Y como en cualquier situación de violencia de género, las víctimas se sienten aisladas en una sociedad que no está construida para ellas (hay un lugar para mí, por favor?). 

La ansiedad que viene de estar en un mundo que no está construido para ti también está en todas las personas con discapacidad y deformidades. La preocupación de Martina sobre su apariencia existía desde antes de su ataque: las mujeres se tienen que ver de cierta manera y ser atractivas de formas convencionales para tener valor en la sociedad. Cuando agregas una apariencia deformada (que ella no puede ni siquiera ver), estas presiones se duplican y sus inseguridades se tornan a: “me van a ver como un monstruo.” 

No es coincidencia que personas con discapacidades y deformidades hagan campañas para remover los estigmas que se han perpetuado en la literatura y el cine sobre sus apariencias. Siempre los monstruos, los malos, los sociópatas, los que tienen necesidad de venganza. Estos estereotipos afectan y se internalizan en aquellos en los márgenes. Martina, en esos momentos, nos funciona como un espejo: vean lo que han hecho con su misoginia, su capacitismo, sus estándares imposibles. 

Quizá lo más admirable del documental es que durante los ochenta minutos en los que tenemos claro que Martina es la víctima de lo peor de la humanidad, nunca es una tragedia. Siempre se mantiene un hilo de esperanza: sus logros profesionales, su relación con su familia y su pareja, su fundación para ayudar a víctimas de ataques, incluso sus doctores. Hay dos líneas narrativas que quizá representan las dos caras de la humanidad que Štuková nos quiere presentar: la del terror del ataque y la de la esperanza que la ayuda a salir adelante. 


Natalia Albin

Es una escritora y emprendedora mexicana viviendo en Londres. Sus escritos generalmente examinan las conexiones entre justicia social, inmigración y feminismos con cine, arte y cultura.

https://www.ataraxiacreative.com


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