Women We Love: Lila Avilés y Tótem – Hay que avanzar ferozmente en lo que nos apasiona

Entrevista y fotografías por: Daniela García Juárez | @danigcjrz

La visibilidad implica nuevo conocimiento. Así como la historia del mundo ha sido contada por los conquistadores, la historia del cine –incluyendo también sus filosofías y los paradigmas del lenguaje– ha sido definida por las personas con mayor acceso y visibilidad dentro de la industria y sus quehaceres. Como en todas las otras artes, el lenguaje del cine ha sido el lenguaje de los hombres; sus formas de trabajo, patriarcales y violentas, las definitivas. Por ello, cuando los grupos históricamente vulnerados, marginados o segregados ocupan espacios y hacen escuchar sus voces, el conocimiento se transforma, los paradigmas se desdoblan. 

Por segunda ocasión consecutiva, el Festival de Cine de Morelia (2023) llena sus salas de cine y de prensa de mujeres cineastas, rebeldes, feroces y diversas. Y en estos espacios, más que solo tratarse de un arrojo de datos para la difusión periodística, se reconstruye la historia. Se habla de las experiencias múltiples en el devenir de las mujeres: la maternidad o la no maternidad, los diversos tipos de lucha, la dignificación de las infancias, el amor y también el duelo. Se explora como estos temas encajan (o no) con la industria del cine: ¿Se puede ser madre y directora? ¿Son les niñes bienvenides en un set? ¿Se puede anclar una producción en valores como el amor, la ternura y la empatía? 

Lila Avilés, directora de cine, regresa a Morelia después del éxito de La camarista con Tótem, cinta ganadora del Premio Ecuménico en la 73 Berlinale, y con su venida, explotan las nuevas ideas, la revolución del conocimiento rebelde. Su película, además del efecto inspirado esencialmente por las imágenes, resulta un modelo de aprendizaje desde lo procesual y lo filosófico. Invita a repensar dichos obsoletos y violentos como “en el cine, todo menos niños y animales”, así como la perspectiva con la que se mira a las infancias, desde la escritura de personaje y el trato en set. Lila nombra los procesos para dialogar y entenderse desde la horizontalidad, eliminando el adultocentrismo que desestima y niega la mirada respetuosa y  enuina hacia las infancias.  

Entre su posicionamiento como cineasta para enfrentar la vida y los pensamientos sobre la postura de las mujeres al involucrarse en la industria, Lila nos platica sobre el cine y ella. 

GaF: ¿Cuál es tu relación personal con las imágenes en movimiento? ¿Por qué eliges el cine? 

R: Irónicamente, de chiquita tenía una fijación: amaba agarrar el típico sobrecito de fotos a mi mamá –una control freak del orden– e irlas acomodando. Pensaba “primero es esta, luego esta, luego esta y esta”. Las cambiaba y las jugaba y luego se enojaban porque las desacomodaba, nadie entendía porque me gustaba tanto. Y luego, tiempo después, dije: ¡Claro! ¡Ya entendí! Yo desde chiquita ya estaba haciendo cine sin saber. Yo ya estaba editando. 

No estudié cine pero estaba la bendita Cineteca, y pues esta cosa bella de que cuando era niña teníamos 4 VHS y pues repetirlo hasta que te canses.  Tenía un tío que grababa todas las películas, y película que yo veía película que me emocionaba. También armaba obras de teatro y ponía a actuar a toda mi familia, chiquitos y grandes. Siempre tenía ese espíritu de juego, de estar inventando. Luego sucedieron los caminos de la vida, tuve que trabajar en ocho mil quinientos trabajos, pero siempre con este sueño del cine. Trabajé por mucho tiempo en teatro, en un chorro de cosas: asistente de producción, de dirección, vestuario, de todo. Hasta que di ese primer salto, que dije “lo voy a hacer, lo voy a hacer”.

Siempre hago esta broma de que yo ya era cineasta antes de haber hecho La camarista, nadie lo sabía excepto yo. Y bueno ahora después de esta segunda película ya soy más cineasta.

Gaf: Y hoy por hoy, ¿por qué continúas eligiendo esto? ¿Por qué dedicarte a esto?

Algo que ha sido muy lindo con la profesión es que… Pienso en estas personas maravillosas como Nina Simone, ella tuvo una batalla muy particular pero su voz hablaba por ella, ya no importaba nada más. Y siento que con el cine yo logré ese paso. No importo yo, porque ya es la película. Y gracias a la película decir “Esta soy yo”. Se borra ese miedo, ese prejuicio. El trabajo habla de ti. Para mi eso fue muy bello, muy virtuoso. Dije “Ese es el camino”. No importa el género, la idiosincrasia o de donde vengo. Son como estas frases “trabajando conoces a la gente”.

Gaf: ¿Cómo es tu proceso para pasar de tus ideas e inquietudes, hacia lo formal? ¿Cómo lo transformas en imágenes?

Esa es la belleza del cine: que cada proyecto uno sabe todo, pero no sabe nada. Es como un duelo. Es esta cosa linda que trae mucho trabajo detrás, pero que realmente no sabes. Y entonces se trata de un descubrir, con un ímpetu que le pones a lo que haces. En el cine vas en colectivo, con esas personas talismanes, compañeras, compañeros y compañeres que te van acompañando. A veces el ejercicio del cine no es fácil, no puedes agradar a todo mundo, y tienes que ser igual de precisa y de amorosa y de feroz. Es… ese delirio del no saber y vivir en el total presente. Eso me gusta de ser cineasta, que estás tan tan focalizada que no hay lugar para divagar. El sonidista va a estar con todos sus sentidos escuchando todo y la directora va a estar ahí, más presente que lo presente. 

Gaf: Y en esa presencia que mencionas ¿das pie al descubrimiento, o tienes todo perfectamente claro antes de filmar y así te mantienes? 

No, para nada. Yo cambio mucho, en la vida y filmando. Por eso creo que mi estilo de trabajo no encaja en algunos formatos. Yo, como siempre, voy a ir a donde esté la libertad. Y si no hay libertad, ni en la vida cotidiana ni en el trabajo. A donde vaya la libertad creativa, de expresión  del ser, ahí estaré. 

Gaf: ¿Podrías contarme un poco sobre tu sensibilidad hacia escoger un tema sobre infancias? 

Creo que hay que poner atención a la infancia, a lo que empieza, a esas primeras etapas. Es muy fácil quejarse pero es importante ese vínculo, esa reciprocidad y ese sentir de decir “bueno, yo estoy aquí gracias a esas otras generaciones y yo estoy aquí para las que vienen”. 

Era importante para mí regresar a esos 7 años que te marcan y a los que tienes que poner atención, porque pueden cambiar una vida o muchas ¿Qué tal que el destino de esa personita es el destino de un país? Y así como puede ser gigante también puede ser muy pequeñito. Es como decir “ay, yo soy una artista y me creo la muy muy”, pero con tus compañeras más cercanas ¿qué tan congruente eres? O que tu película hable de los secretos de la humanidad y no tienes una capacidad de empatía con las personas más cercanas. Yo creo que entonces algo está roto. 

Pienso que es una responsabilidad no solo de las mujeres sino de todo mundo poner atención a esas infancias, que cada vez están más en el celular, en esas ventanas, micro-universos, que bueno, obviamente la vida compleja y estamos haciendo muchas cosas, y como adultos también necesitamos un tiempo propio, pero hay que seguir poniendo atención hacia allá. 

Gaf: Mencionas la responsabilidad, ¿cómo abordas la responsabilidad en escribir personajes infantiles y trabajar con actores infantiles, sabiendo que es un grupo vulnerado tanto en la industria cinematográfica como en el mundo?

Pues con mucho amor, tanto para los niños como para los adultos. Yo creo que el ejercicio actoral es un ejercicio de mucha confianza y de mucha comunicación. Y obviamente no le vas a dar un referente a las niñas como “Hazlo como Giulietta Masina” de Fellini, no va a tener ni idea. Toca hacer entender con los pequeños detalles. Siempre cuidar su corazón, cuidar su alma. Jamás ponerlas en un lugar extraño, pero con ese sentido de comunicación, sabiendo que somos bastante básicos ¿Quien no, a su nivel, ha perdido a alguien cercano? A lo mejor a su amiguito se le murió su perro… no sé, de alguna forma es muy simple. 

Todo el mundo ha tenido una pérdida. En el caso de Naima, ella tuvo un duelo en el COVID que fue cambiarse de ciudad, no estar cerca de sus amiguitos, y es eso. Al final creemos que es más complicado pero no. Y lo que era muy lindo de las niñas era darles esa capacidad de expresarse, no imponer una postura. 

Gaf: Por último ¿qué consejo le darías a nuestras lectoras en la carrera cinematográfica?

Para mi lo que es importante es pensar en seguir avanzando ferozmente en lo que nos apasiona. En mi oficio particular es el cine, pero en el que sea de cada quien. Pero hay que poner especial atención en no hacerlo desde el patriarcado. Como desde esto de “Es que quiero el poder porque quiero figurar y abarcar y estar en todas partes. Y yo creo que no, que tenemos que ser más inteligentes y empáticas que eso. Entender que no solo es lo que involucra el ego de la imagen, de tener el foco de atención, si no es ir a las raíces más profundas. Nos quejamos de la violencia pero entonces estamos haciendo una película hacia allá. Hay que ser sabias.»



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