Por: Julia Iturbe | @juliaiturbe_
Previo al estreno internacional de Valentina o la serenidad en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF) Ángeles Cruz presenta su segundo largometraje como directora. Le acompañan Isis Ahumada Monroy, productora y Myriam Bravo, quien además de interpretar a la madre de la protagonista, fungió en la producción como casting y acompañante actoral de Danae Ahuja Aparicio.

A los siete años Valentina atraviesa el duelo por la muerte de su padre. Desde su perspectiva, la ausencia se ve acompañada de dolor, culpa, confusión y desesperanza. Valentina se enfrenta a la dificultad de crecer, comprender y descubrirse para darle sentido a su pérdida.

“Hablar desde la infancia, de los solos que nos quedamos los niños cuando perdemos a alguien […] quise escribir sobre eso, cómo procesamos y acomodamos las ausencias, y seguimos adelante”.
Ángeles Cruz, guionista y directora de este largometraje, describe cómo después de la pandemia de COVID-19 en el 2020 se encontró con el miedo de perder a un ser querido y la historia de Valentina está relacionada con el duelo de su propia pérdida paternal. Las reminiscencias del duelo y la necesidad de afrontarlo dieron inicio a la escritura detrás de la película.

El trabajo cinematográfico Ángeles Cruz es actualmente un gran referente de la representación de las comunidades indígenas en el cine mexicano, así como de las narrativas LGBT+. Sus cortometrajes La Tirisia O Cómo Curar La Tristeza, La Carta y Arcángel, la consolidaron como una guionista y directora, a la par de su importante participación como actriz.

En esta ocasión se impone el reto de transformar la experiencia propia y experimentarla a través de la ficción, guiando a la joven actriz Danae Ahuja Aparicio hacia una interpretación adorable y extraordinaria sobre la magia infantil y la pérdida de esta ante el dolor, planteando la posibilidad de recuperarla a través de la contemplación que permea en la narrativa del largometraje, conmoviendo y llenando de una sutil esperanza al espectador.

Valentina experimenta un sentimiento complejo que la lleva un estado silencioso y observador, en el que su entorno, retratado en la mixteca oaxaqueña, se vuelve una forma de interpretar lo que sucede en su interior. La naturaleza, el sonar del río, la textura de los árboles y el caminar de las hormigas acompañan a Valentina a confrontar su dolor. La transformación de Valentina permanece incomprensible para su familia y sus amigos de la escuela, que hacen distintos esfuerzos por romper su silencio y encontrar de vuelta a la que antes de la pérdida era una niña juguetona y carismática con poderes naturales.
La medicina tradicional no logra sanar la tristeza de la niña de nueve años, así que su comunidad encontrará en la medicina del alma la manera de acompañar a Valentina en la dificultad de aceptar la muerte de su padre.

Valentina o la serenidad recibió el Estímulo a la Creación Audiovisual en México y Centro América para las Comunidades Indígenas y Afrodescendientes ECAMC y el Apoyo a la Producción de cine para las Infancias, otorgados por el IMCINE, lo cual permitió la realización de este largometraje, sumado al trabajo de producción realizado por la misma Ángeles Cruz, Isis Ahumada Monroy y Myriam Bravo, quienes al ser parte de la comunidad y trabajar en ella durante años respectivamente, lograron que la historia se contara con actores naturales, niños y niñas de la Mixteca Oaxaqueña.

Respecto a su próxima presentación en el TIFF2023, la directora comentó: “Nos han tratado increíble, en cuanto la mandamos la vieron, nos hablaron y nos dijeron “Queremos el estreno””.

La película tendrá sus funciones de estreno internacional en Toronto como parte de la selección oficial del TIFF, mientras que el estreno nacional sucederá el próximo octubre en contexto del Festival Internacional de Cine de Morelia FICM.

Julia Iturbe
Colaboradora Girls at Films









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