Por: Fernanda Lozada Arellano
Netflix ha estrenado su nueva apuesta en producciones españolas, una película catalogada de terror llamada “Tin y Tina”, protagonizada por Carlos González Morollón y Anastasia Russo como los terriblemente tétricos gemelos Tin y Tina, nombrados en honor a San Agustín.

La cinta dirigida y escrita por Rubin Stein está basada en un trabajo previo del mismo director, un cortometraje que lleva el mismo nombre datado en dos mil trece que propone la misma premisa para el largo financiado por Netflix, esta vez llevado al largometraje. Sinceramente, la idea central de la película se estira a un punto en que podría haber fracasado pero consigue salvarse y posicionarse como una cinta exitosa para la productora, y, esto se logra a través de varios elementos, iniciando con componentes que podrían haber pasado desapercibidos, tal como el uso de una canción pegajosa y que se ha estancado en la cabeza de los espectadores, Tin y Tina logró resucitar a “Disco chino” de “Enrique y Ana”, una dupla española que tuvo su apogeo a inicio de los años ochenta, la escena de la melodía siendo re interpretada por los dos protagonistas, se utiliza incluso en el trailer de la película y es que ha sido tanto el éxito solo de este fragmento, que consiguió el sueño mediático posicionándose en redes sociales como tendencia; entre lo simpático de la canción y la gran interpretación y construcción de personajes, la cinta generó interés y despertó la curiosidad de los fanáticos del género.
Como se alude en el título del artículo, Tin y Tina genera tema de conversación sí o sí después de haberla visto, la cinta en cuestión NO provoca terror como tal en ningún momento (opinión emitida por una gran fanática y consumidora del horror en el cine), podría decirse que genera escándalo o cierta impresión pero no se alcanza realmente un punto álgido, se construye la tensión y se consiguen buenas escenas y momentos, sin embargo, nunca termina de cerrar, no existe una catarsis identificable, lo que es una lástima porque se cuenta con buenos personajes y una buena trama; ahora bien, no todo está perdido.

Tin y Tina consigue que el espectador se quede pensando después de los créditos finales, ¿por qué? Acá entran varias preguntas, ¿qué vimos?, ¿qué significa ese final?, ¿por qué comenzar a entender el terror de la historia hasta después de haber visto la película?… La cinta española tiene escenas “fuertes” y, utilizo las comillas porque para el género no es nada sorprendente pero algo con lo que sí que cuenta, son sus personajes. Desde cómo se ven hasta lo que pueden llegar a hacer en la diégesis sin inmutarse, los niños dentro del terror casi siempre funcionan y, este es un buen ejemplo; aquí se ligan las ideas, procesar este componente (los niños) después de haber visto la película, lleva al consumidor a develar la verdadera premisa y, por tanto, a entender y sentir el terror que la cinta buscó generar.
Tin y Tina juega con la moralidad de su espectador. Tin y Tina te hace reflexionar. Tin y Tina es una película que cuestiona la religión y aborda el tema del adoctrinamiento. Tin y Tina genera debate.
¿Realmente los gemelos protagónicos son la dupla diabólica que vende el avance de la cinta?
Acompañados de un café y confusión, se abre la conversación; para evitar los spoilers, podríamos decir que se llega a una conclusión o a generar dos o hasta tres bandos, aquellos que creen que los niños del filme son descendientes directos de algún ente satánico, otros quienes creen que el adoctrinamiento y la malinterpretación de la religión en general influyeron en el comportamiento de los personajes y quienes creen que los niños eran perfectamente conscientes de sus actos justificándose maliciosamente tras la religión. Ah, y a esto ha de sumársele un final bastante ambiguo.

En fin, queda claro que esta no es la mejor película del género dentro del catálogo de Netflix ni de cerca pero es un producto detonador de conversaciones, reflexiones y además oferta una canción que será difícil sacar de tu cabeza por algunas semanas si se tiene suerte.
Una recomendación palomera pero interesante, así que… #aquello que reluce en lo alto de un palillo, ¿es un pájaro, un avión, un satélite, un platillo? DISCO, DISCO, CHINO, CHINO, FINO, FILIPINO#









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